El hartazgo se apoderó de mí esta semana, por eso he tardado tanto en publicar. Estuve a punto de no hacerlo, pero quizá perder mi tiempo es lo único que me queda. Ha sido demasiado difícil continuar con esto, pero “mañana saldrá el sol de nuevo y uno nunca sabe lo que traerá la marea”.

Día 99. 10 de diciembre de 2020

Hace unas semanas compartí una imagen similar en las historias de Instagram. Hoy decidí capturar esta imagen porque hoy tomé una decisión un tanto estúpida. Decidí enfrentar mi más grande temor. Históricamente, esta acción es la que suele hundirme en un estrés y terror silencioso que me consume lentamente y he llegado a destruir lo más hermoso por la simple estupidez de creer que la siguiente vez será diferente. Cuando todas y cada una de las ocasiones anteriores sólo he logrado fracasar. ¿Qué me hace pensar que esta vez obtendré otro resultado? Absolutamente nada, pero hay muchos símbolos en esta imagen; algunos de ellos son reminiscencias de una época en la que fui digno de esa distinción. Hoy decidí enfrentar mi más grande miedo porque mientras siga eligiendo vivir en la frontera de lo que me resulta conocido y desconocido; sé que estaré propenso al fracaso. Señal de que sigo empujando mi horizonte de entendimiento. Señal de que sigo luchando por trascender mis propias limitaciones.

Día 99. 10 de diciembre de 2020

Día 100. 11 de diciembre de 2020

He seguido monitoreando la estrella más cercana a la Tierra. Han sido días más tranquilos, en esta imagen es a penas visible la última región de manchas solares, justo arriba del avión. Nuevamente, esta imagen es uno de esos accidentes felices, a penas logré capturarlo dentro del disco solar. Ahora tengo una imagen de un avión frente a la Luna y una de un avión frente al Sol. Disfruto mucho las siluetas de los árboles y como la luz logra iluminar los que no están directamente frente al Sol.

Día 100. 11 de diciembre de 2020

Día 101. 12 de diciembre de 2020

En teoría este es el sexto 12 de diciembre que paso aquí, pero creo que jamás había estado despierto justo a las 0000 hrs. Alrededor de las 2350 del 11 de diciembre la frecuencia de los juegos pirotécnicos comenzó a escalar. Decidí suspender la edición de fotografías en las que trabajaba; tomé un banco del bar y me senté frente al balcón con mi cámara.

Quienes me conocen, saben que no soy una persona religiosa, entonces no es que sea una fecha significativa en mi calendario. Pero esta noche fue sumamente especial. Justo a la media noche comenzó una sinfonía de pirotecnia. Probablemente desconocida por sus participantes. Sólo quienes teníamos este punto de vista tan ventajoso de contemplarlo a la distancia. Jamás había considerado cuantas iglesias hay en mi horizonte. Al menos pude identificar una docena de puntos diferentes de donde venían los fuegos pirotécnicos. Un par a la izquierda de mi encuadre que quizá sólo con un fish-eye hubiera podido capturar (ya saben que regalarme).

Fueron cerca de 15 minutos de este fantástico concierto que me hizo recordar que a veces es bueno alejarse y tratar de ver la imagen completa. Ser capaz de ver el mundo desde una perspectiva diferente; me permite disfrutar de muchas experiencias a grados de profundidad que muchos otros desconocen o no se atreven a explorar.

Día 101. 12 de diciembre de 2020

Día 102. 13 de diciembre de 2020

Lo único que puedo decir es que esas galletas se lo buscaron, no estaban cooperando y tuve que hacer uso de mi entrenamiento en tácticas especiales para que revelaran el secreto de su delicioso sabor.

Día 102. 13 de diciembre de 2020

Día 103. 14 de diciembre de 2020

Hoy se convirtió en un día de angustia y por más que he intentado crear puentes; he fracasado. El intenso azul del agua se torna en un obscuro abismo y las turbulentas ideas que atacan la mente destruyen mis intentos por construir. Hoy me dejan claro que mi ayuda y presencia no son requeridas. Es momento de dejar todo esto atrás.

Día 103. 14 de diciembre de 2020

Día 104. 15 de diciembre de 2020

No he podido sacarme de la cabeza lo que está sucediendo, pero no debo sucumbir ante mi egoísmo. Hoy mientras levantaba las cosas del bar, miré con curiosidad los utensilios que tenía en un vaso. Las texturas, los reflejos, las formas. Tomé la cámara e intenté capturar lo que contemplaba con curiosidad. Simples intentos fallidos por no pensar.

Día 104. 15 de diciembre de 2020

Día 105. 16 de diciembre de 2020

Se ha descompuesto mi tripié, lo cual resulta trágico, sobre todo por las siguientes series que tengo en mente. Tuve que desarmarlo para encontrar el problema. Eso me llevó a recordar que desde niño me gustaba desarmar las cosas usando las herramientas de mi papá. Muchas veces me sobraban piezas. Esta vez no es así, pero si es un problema que el tripié no funcione, es imperativo repararlo, por lo pronto deberé improvisar.

Día 105. 16 de diciembre de 2020

P.S.: I love you

Treinta y Sexy: Semana 14

Treinta y Sexy: Semana 16