Prácticamente el primer 10% del proyecto se ha ido, lo cual no es fácil digerir. Parece tan poco y, al mismo tiempo, parece que ya ha sido demasiado tiempo. Pero así es esto, hay días en los que todo pesa y es difícil darle fluidez a la creatividad, hay otros días en los que ahí está. Creo que tiene mucho que ver qué tanta atención le estoy prestando a mis emociones y cuánto me permito escucharlas. Así esta quinta semana que comencé con ella y terminé con ella…
Día 29. 1 de octubre de 2020
Octubre es el único mes de este año que tendrá dos Lunas llenas, justo el primero y el último día del mes. Hoy las condiciones climatológicas han sido adecuadas para hacer una observación. Usar el telescopio dentro del departamento no es lo ideal, pero tampoco es fácil mover más de 40 kilogramos yo solo, pero eso es lo que elegí, así que no me quejo.
He sido muy afortunado mientras observo la Luna o quizá sólo es que cuando lo has hecho por tanto tiempo y tantas veces, ciertas cosas que consideraría raras; resulta que no lo son tanto. Ya han sido múltiples veces las que me ha tocado observar la silueta de algo que pasa frente a mi punto de vista de la Luna. Lo más común son aves. No sé qué tipo de aves vuelen tan noche, pero me a tocado ver grupos de cuatro o cinco. Lo más raro que he visto, solamente ha sido una vez, fue un globo inflado con helio que curiosamente flotó justo frente a la Luna en el estrecho campo visual de mi telescopio. Esta noche fue un avión. Ya me había tocado ver aviones antes, pero jamás había tenido la cámara empotrada al telescopio en ese momento. No sé por qué me sigue emocionando tanto cada vez que veo algo atravesarse frente a mi telescopio. Quizá sólo me da esperanza el hecho de saber que las cosas no son tan improbables.
Día 30. 2 de octubre de 2020
“You know what it’s like getting up every morning feeling hopeless, feeling like the love of your life is waking up with the wrong man? But, at the same time, hoping that she still finds happiness, even if it’s never going to be with you?” -Albert Brennaman in Hitch
Bueno… justo así son mis amaneceres y la foto de hoy captura ese sentimiento. Cada mañana me aferro al consuelo de saberla feliz. De saber que está donde quiere estar, donde le hace sentido estar. A mí sólo me queda contemplar a Venus antes del amanecer.
Con suficiente curiosidad se puede observar a Regulus, justo debajo de Venus y un poco más a la izquierda se encuentra Algieba, el cuello del León; un sistema binario, pero la segunda estrella no es visible con esta exposición. Aunque si tomé fotografías donde es visible.
Día 31. 3 de octubre de 2020
Hoy es el primer día que salgo de casa para ir a un espacio público. A quienes me conocen les resultará extraño que haya sido una iglesia. Para quienes no me conocen, la extrañeza se deriva del hecho de que no soy una persona religiosa. Tuve la fortuna de crecer en un hogar en le que nunca fui obligado a adoptar una creencia u otra. Mis padres me dieron el más grande de los regalos; la oportunidad de descubrir el mundo con curiosidad. Pero eso no significa que ese momento sea importante para las personas que me invitan a las ceremonias religiosas y por eso procuro estar presente. En teoría, dentro del marco de su sistema de creencias, es la parte más importante.
Originalmente había pensado en escribir un poco más sobre mí ene te día, pero no es mi intensión cuestionar las creencias de nadie, y no me interesa debatir algo que no es debatible (si alguien quiere conocerme, sabe cómo encontrarme). Cada uno es libre de creer en lo que quiera. Simplemente la fotografía de hoy busca recordarme la importancia de estar.
Día 32. 4 de octubre de 2020
Hoy me di cuenta de que mi “situación” se parece mucho a la temporada de los Raiders. Todo empieza muy bien, las cosas progresan adecuadamente, en el camino se obtienen algunas victorias y después… después llegan los viernes. Comienzan las entregas de balón, los errores se acumulan y se comienzan a apilar las derrotas. En el caso de los Raiders, lo bueno es que sólo es un juego. Aun así, quise recordar este día con esa fotografía, porque sin importar si ganan o pierden… ¡Raiders! ¡Raiders! ¡Raiders!
Día 33. 5 de octubre de 2020
Hoy decidí hacer un experimento, eso del Teorema de Bayes ha tenido una gran influencia sobre mí estos días. Una práctica que he realizado durante los últimos años de mi vida, que hoy recuerdo que tiene un nombre y la comprendo ampliamente. Así que experimentar es lo mío.
Decidí mover unas plantas de lugar y, posiblemente, necesitaré otras de control, pero la idea es identificar las mejores condiciones para su desarrollo. Al final, es una nueva oportunidad para aprender y, de algún modo, estas teorías es posible probarlas. Después de plantarlas, decidí tomar esta fotografía, al menos para generar la evidencia del estado inicial. Estoy consciente de que habrá pérdidas, pero también habrá aprendizaje.
Día 34. 6 de octubre de 2020
“Eres uno en un millón”, me dijeron. Para empezar, su muestra es significativamente más pequeña, pero entiendo la intención del comentario. Yo no me siento así y, definitivamente, no es mi intención serlo. Pero eso no impidió que sus palabras me inspiraran a crear una imagen que me permitiera recordar la reflexión que hoy tiene lugar en mi mente.
La imagen es muy simple, pero quise mantenerla de esa forma. Me divertí mucho creándola y fue… muy bello sentir que no estaba solo. Al final, se trató de fotografiar cristales y uno en un millón sobresale de entre los demás.
La iluminación fue un tanto problemática, pero logré resaltar la textura que permite identificar el detalle de los granos de cloruro de sodio. Y, no, yo tampoco conté que fueran un millón, pero creo que la idea se entiende.
Quizá jamás entenderé lo que significa serlo, mucho menos de qué sirve. Sólo sé que no es suficiente para que ella se enamore de mí, o alguien quiera pasar tiempo conmigo, o para que alguien venga de visita. Muchas veces no es suficiente ni para un “Hola, ¿cómo estás?”. Por eso creo que no importa si soy uno en un millón, tampoco importará si soy uno en mil millones. Yo siempre estoy y muchas personas aprecian eso, pero quizá jamás se han detenido a considerar el porqué.
Día 35. 7 de octubre de 2020
Esta fotografía la hice muy temprano en el día, o madrugada debería decir. Lo cierto es que la noche anterior estuve observando a Marte durante su punto más cercano a la Tierra. Fue un espectáculo maravilloso. Poder observar las variaciones de tonalidad en ciertas partes del planeta y comprender que son características de la superficie de otro mundo, ese hecho me conmueve y me inunda de una profunda emoción.
Poco después de la media noche, Marte salió de mi campo visual y la Luna menguante ya se encontraba pro encima de los cerros, así que decidí observarla un tiempo. Siempre me ha gustado hacerlo en sus fases intermedias; la luz lateral del Sol resalta su textura y sus cráteres. A veces cuando me acerco demasiado, incluso siento una especie de “miedo”, pero después comprendo que sólo es una emoción desbordada debido a que mi cerebro no termina por acostumbrarse a ver tan cerca algo que sabe que está tan lejos. Hay tanta belleza en todas esas cicatrices.
P.S.: I love you