Esta ha sido una semana sumamente densa, dijo el agujero negro. Lo cierto es que demasiadas cosas han pasado por mi mente y en este momento no puedo evitar sentirme como una embarcación a la deriva en un violento océano de emociones. La tormenta es inevitable, pero sé que saldré de ella aún más fuerte.
Día 36. 8 de octubre de 2020
“I’m starting with the man in the mirror” -Michael Jackson
En un contexto muy diferente, pero no por eso menos cierto, la fotografía de hoy está inspirada en ese simple hecho. Si quiero que el nuestro sea un mundo mejor, entonces debo empezar por mí. Renunciar a mis anhelos más egoístas es sólo el principio. Por más que lo diga, lo cierto es que aún tenía la venda puesta en los ojos. Negándome la situación en lo más profundo de mi corazón y aferrándome a la esperanza de que pronto las cosas cambiarían. Pero la razón siempre ha sido fuerte en mí. Y es él, el hombre en el espejo, quien me ha convencido de que el amor es lo más importante. Sí, siempre existirá esa dualidad en mí, pero, al mismo tiempo, he aprendido a mirarme con compasión, he aprendido a escucharme y a guiarme aun cuando el egoísmo puede llegar a nublar mi juicio.
La evidencia en contra de mi teoría cada vez es más abrumadora, tarde o temprano llegaría el momento de quitarme la venda de los ojos y aceptar que me he equivocado. Aún ahora que me niego a hacerlo; agradezco que el tipo al otro lado del espejo siempre estará para cuidarme… para hacerme entrar en razón. Para recordarme cuánto la amo.
Día 37. 9 de octubre de 2020
Hace más de nueve meses que comí Crème Brûlée por última vez. Aún recuerdo esa noche… y siempre la recordaré. Jamás imaginé que sería la última vez, pero esa es la realidad. Llegará el día en que tenga mi último aliento; el día en que haya dicho la última palabra; el día en que haya gesticulado la última sonrisa. Hoy sé que esa noche del 21 de diciembre fue la última vez que disfruté ese Crème Brûlée…
Ya ni si quiera lo encuentro lamentable, quizá era algo que sabía inevitable. No tengo arrepentimientos, sólo recuerdos y la fotografía de hoy busca inmortalizar el último de ellos. Ese momento en que contemplo el vacío, la obscuridad y el olvido. Al final, yo siempre estuve, estoy y estaré…
Día 38. 10 de octubre de 2020
Siempre he encontrado la repetición bastante atractiva. Hoy mientras acomodaba mi equipo; me detuve a observar las botellas para los químicos del cuarto obscuro. Ahí suelen estar, sin hacerle daño a nadie y las encontré bellas, interesantes, sospechosas. Me quise acercar, como si quisiera escuchar lo que se susurraban entre ellas. Quizá las voces y lo susurros sólo están en mi cabeza, pero por ese instante me dejé atrapar por la historia que mi cerebro se inventó para no sentirse tan solo. Porque ellas, ahí, tan inanimadas; parecen ser parte de una comunidad… y yo, aquí, tan… ¿real?… me gustaría encontrar “un como yo”.
Día 39. 11 de octubre de 2020
La parte más bella de levantarme a las 0500 hrs los domingos, es que después de mis dos horas de lectura puedo tomarme un instante para verdaderamente apreciar el amanecer. Muchas veces incluso cierro el libro antes para no perderme ese momento. Amaneceres como el de hoy, con esas notas rosadas, siempre me hablan de ella, me hacen suspirar y soñar con amaneceres así, en los que una sonrisa sonrosada me da los buenos días. Pero esas imágenes sólo viven en mi mente. No hay forma de que sean reales. Mi único consuelo es que quizá en un futuro la tecnología y la neurociencia avancen a un grado en el que se puedan utilizar poderosos magnetos y electrodos para estimular mi cerebro y generar recuerdos que parezcan reales, de ese sueño que jamás viví… y quizá así pueda morir tranquilo, creyendo que realmente lo logré. Sí, estudiar tanto a veces me lleva a tener ideas extrañas, pero sólo es la simple curiosidad de imaginar un futuro donde nuestro entendimiento nos llevará a horizontes inimaginados.
Día 40. 12 de octubre de 2020
Un granjero quiere optimizar la producción de leche con su ganado actual, entonces contrata a un físico para que le ayude con el problema. El físico va a la granja, toma algunas notas y se va. Un par de días después regresa y le dice al granjero: “Muy bien. Asumiendo vacas esféricas…”.
Sí, el chiste es que las vacas esféricas no existen, pero el reduccionismo constantemente usado en la física; nos ha llevado muy lejos. Nos permite calcular desde la trayectoria de un proyectil (ignorando la fricción y resistencia del aire), hasta la formulación del Modelo del Big Bang, la Teoría Estándar de Partículas y la Cosmología Inflacionaria.
Por lo tanto, ser reduccionista en mi vida cotidiana también me ha resultado bastante útil. Y aunque ella se aferre a la realidad de que en este universo no existen las vacas esféricas; la fotografía de hoy pretende recordarme que sin importar lo complejo de la situación, si asumo vacas esféricas quizá pueda encontrar una aproximación bastante cercana a la solución. El resto sólo es cuestión de incorporar los detalles para refinar esa aproximación inicial.
Hoy esta vaca esférica también me recuerda que es momento de cambiar mis teorías que he encontrado equivocadas con base a la evidencia que he recolectado. Un pensamiento Bayesiano resulta útil, pues me ayuda a mantener la mente abierta a esos cambios necesarios en mi vida.
Sí, aunque me digas que las vacas esféricas no existen; yo encontraré manera de crearlas para poder darle solución a mi dilema.
Día 41. 13 de octubre de 2020
“I’m so sad that I don’t have Kelly. But I’m so grateful that she was with mi on that island.” -Chuck Noland in Cast Away.
Justo este día me siento así. Luché solo en esa isla de la depresión. Seguí respirando y me mantuve vivo. Logré salir de ahí, sólo para perderla nuevamente, pero estoy muy agradecido por los años que me acompañó y me dio ese aliento para seguir respirando, para seguir sobreviviendo un día a la vez. Hoy mi dolor y mi sacrificio nuevamente les doy sentido. Prefiero ser yo quien enfrente la situación, yo que soy capaz de sobrevivir.
Día 42. 14 de octubre de 2020
“Mamma always said life was like a box of chocolates. You never know what you’re gonna get.” -Forrest Gump in Forrest Gump
Sí, ya de paso con las influencias de películas de Tom Hanks, hoy decidí comerme unos cuantos chocolates; lo más cercano al amor que mi cerebro experimentará en estos días. Yo también podría comerme millón y medio, el problema es que yo no corro.
Lo cierto es que estos días han sido bastante… nostálgicos. Saber que tengo razón, que es lo correcto; no hace más fácil el renunciar a un sueño, a una teoría que resultaba hermosa. Pero sé que no importa que tan bella y elegante es una idea, si no es capaz de crear predicciones correctas; está equivocada. De algún modo, esta semana me deja con ese amargo sabor de boca… y por eso los chocolates. Al menos para endulzarme un poco el dolor del sacrificio.
Si has llegado hasta aquí; te agradezco enormemente los minutos que te has tomado de tu tiempo para leer estas líneas. ¿Puedo pedirte un favor más? ¿Podrías tomarte 30 segundos más de tu presupuesto diario de 86,400 segundos, para hacérmelo saber? No importa quién seas, no importa dónde te encuentres en este momento, no importa cuándo has leído estas líneas. Pero me gustaría conocerte, saber cómo estás, cómo te sientes. Así que sería agradable saber de ti. Escucharte es lo menos que puedo hacer, ya que tú te has tomado el tiempo de, cierta forma, escucharme a mí.
P.S.: I love you