La semana 51 ha estado llena de momentos cotidianos, comunes, documentales; como originalmente se planeó este proyecto. Pero también contó con instantes mágicos, únicos, maravillosos; como la vida siempre otorga.

 

351/365 Atómica. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 20 de agosto de 2017, 19:42 hrs.

f/8
1/125 sec.
ISO-100
27 mm
SONY ILCE-6000
352/365 Gorthaur. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 21 de agosto de 2017, 13:37 hrs.

f/16
1/500 sec.
ISO-100
280 mm
Sony SLT-A55V (IR Camera with B+W UV filter)
354/365 Sin Parar. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 23 de agosto de 2017, 23:23 hrs.

f/8
4 sec.
ISO-100
16 mm
SONY ILCE-6000
355/365 La Mulata de Córdoba. San Ángel, Ciudad de México, México. 24 de agosto de 2017, 20:05 hrs.

f/5.6
1/125 sec.
ISO-6400
185 mm
Nikon D7100
356/365 Rockstar. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 25 de agosto de 2017, 22:42 hrs.

f/3.5
1 sec.
ISO-3200
16 mm
SONY ILCE-6000
357/365 Padre E Hijo. Cuautitlán, Estado de México, México. 26 de agosto de 2017, 23:28 hrs.

f/4
1/80 sec.
ISO-640
20 mm
SONY ILCE-6000

 

El domingo fue un día de completo ocio. Me puse a ver películas. Me gustan mucho de esas militares donde algo sale completamente mal. También vi Hellboy II. Siempre me he identificado con él. Sin duda alguna, hoy esa canción me hace mucho sentido. Al llegar a casa me senté un momento a meditar en el sillón. Fue durante este momento que me percaté del cielo y capturé la fotografía 351. A veces me gusta encontrarle forma a las nubes. Aunque sean un tanto apocalípticas. Luego jugué Gears of War 4 un rato. La dificultad Insane me está sacando de quicio pero sigo progresando. He decidido que esta semana me tomaré las cosas con más calma.

El lunes logré negociar volver a trabajar desde casa. Tengo demasiados pendientes, así que fue un día ocupado. Fue el gran día del eclipse parcial de Sol y yo estaba triste porque no había comprado filtro para mi cámara. Luego recordé que no hacía falta hacerlo porque tengo una cámara infrarroja que tiene un filtro ultravioleta. La cantidad de luz que llega al sensor es mínima. Decidí salir a tomar fotos y fue lo más increíble que pude hacer en el día. También me di la oportunidad de verlo directamente utilizando el filtro. Una cosa es verlo a través del Live View de la cámara y otra muy diferente hacerlo con mis propios ojos. Tomé bastantes fotos pero las que más me gustaron fueron aquellas en las que las nubes se atravesaron. Una foto del eclipse completamente despejado no me decía nada. Es una imagen que todos tenían. Sólo era un vil documento. Al principio me preocuparon las nubes pero cuando vi la primera foto; simplemente seguí pidiendo por que llegaran más. El viento soplaba a una velocidad considerable, fue todo un reto estar haciendo los ajustes conforme a la variación de la luz, dependiendo la densidad de las nubes. La fotografía 352, a pesar de ser después del punto máximo; me fascino por el carácter que le imprimen esas nubes alrededor. El filtro UV resultó ser una muy buena inversión hace un par de años que lo compré. Es cierto que uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo necesita.

El martes fue un día extraño. De esos que tengo mucho trabajo. Pero al llegar a casa me puse a trabajar en el montaje que debía entregar. Es un hecho que debo practicar mucho mi edición digital. Mientras trabajaba en esas imágenes nuestras; sonó una canción que, irónicamente, me recordó a una persona. Es una canción que significa mucho para mí. Quizá es otro de esos mensajes en una botella… La fotografía 353 pretendía ser un vil documento de ese momento en que trabajo una imagen pero no me di cuenta que mi carota salía en el encuadre, así que terminó siendo un autorretrato. A pesar de la nostalgia producida por la música; una persona me dio un motivo para llenarme de alegría. Con una sola palabra cambió mi mundo: “Maestro”, me escribió. Desde aquel primer abrazo; ella siempre ha tenido esa capacidad de revelar mi estado de ánimo, como si de una película se tratara… lo pasa del negativo al positivo.

Me dieron las 0115 editando y no pude evitar que otra canción me llevara nuevamente a esa persona. Fue entonces cuando decidí dormir unas horas. El miércoles en el trabajo estuvo ocupado. Al llegar a casa decidí entrenar y después se me fue la noche sin inspiración alguna. Mientras buscaba que hacer para la foto; decidí tomarme un poco de crema de mezcal. Luego intenté usar algunos props pero no me convencieron. Seguí buscando y, mientras sacaba la maleta para guardar mi cámara; vi el balón de futbol americano y supe que ese sería lo que utilizaría. La temporada está por iniciar. The most wonderful time of the year. Hice varias tomas de diferentes formas. La fotografía 354 me gustó mucho porque representa mi mente en estos últimos días.

El jueves fue uno de esos días mágicos de los que he sido afortunado de vivir. Este año ha estado lleno de esos momentos. Tal vez los anteriores también. Pero jamás había prestado tanta atención como en éste. Fui invitado a la presentación de La Mulata de Córdoba y tuve la autorización para tomar fotografías. Recibí la invitación de una amiga que me ha permitido ser parte de su carrera en la danza. Es probable que haya pasado más de una década para volver a verla en vivo sobre un escenario. Pero la espera valió la pena. Ver su sonrisa me ha llenado de alegría; sabiendo que después de tanto esfuerzo y sacrificio, su sueño se materializa. Parece que fue ayer aquella primera noche que la vi bailar en ese teatro al aire libre. Soy sumamente afortunado de poder conservar este maravilloso momento como uno de los días de mi Camino a los 33. Muchísimas gracias por brindarme tal honor.

Fue muy larga la semana en el trabajo. Demasiadas cosas que terminar antes del viernes. Decidí distraerme un rato al llegar a casa. Jamás aprendí a tocar un instrumento musical. Incluso me equivocaba con el triángulo en el kínder. Pero me gusta intentarlo jugando Rocksmith. Y me gusta hacerlo en grande, así que conecto las luces del estéreo que se encienden al ritmo de Satisfaction de The Rolling Stones. Si no puedo ser un Rockstar en el mundo exterior; al menos, lo seré en la intimidad de mi sala y lo documenté con la fotografía 356.

El sábado fue el último día de clases del diplomado. No terminé de la mejor manera pero creo que por fin podré descansar un par de días. Aunque hay una última tarea que realizar. La fotografía 357 es una idea que traía desde hace muchos meses atrás y, por fin, decidí ejecutarla. Este proyecto agoniza y no podía terminar sin este experimento. Es un retrato que busca reflejar la maravilla de la genética. De algún modo me permite reforzar el gran parecido que tengo con mi padre y, al mismo tiempo; resaltar las ligeras diferencias que hay entre nosotros.

 

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