La semana 49 hizo evidente que soy una criatura de la noche… un hombre que abraza el lado obscuro de la fuerza.

 

337/365 Neuralizado. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 6 de agosto de 2017, 21:56 hrs.

f/4
1/13 sec.
ISO-3200
20 mm
SONY ILCE-6000
338/365 La Luna Es Mía. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 7 de agosto de 2017, 20:34 hrs.

f/5.6
8 sec.
ISO-200
55 mm
Nikon D7100
339/365 Una Reunión Inesperada. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 8 de agosto de 2017, 21:16 hrs.

f/5.6
1/60 sec.
ISO-200
300 mm
Nikon D7100
340/365 Relatividad. Tlalnepantla, Estado de México, México. 9 de agosto de 2017, 20:52 hrs.

f/3.5
1/15 sec.
ISO-3200
16 mm
SONY ILCE-6000
341/365 Un Perfecto Inicio. Santa Fe, Ciudad de México, México. 10 de agosto de 2017, 06:15 hrs.

f/8
4 sec.
ISO-100
16 mm
SONY ILCE-6000
342/365 El Cazador. Santa Fe, Ciudad de México, México. 11 de agosto de 2017, 06:20 hrs.

f/9
30 sec.
ISO-100
16 mm
SONY ILCE-6000
343/365 Nostalgia. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 12 de agosto de 2017, 23:16 hrs.

f/10
30 sec.
ISO-100
16 mm
SONY ILCE-6000

 

La vida es perfecta, exacta y precisa. Sí, muchas veces injusta pero cada quién decide con qué alimentar su alma. El domingo la vida volvió a manifestar su capacidad de ponerme en el lugar exacto, en el momento exacto. La idea era levantarme a entrenar pero una lesión en el gemelo izquierdo, me motivó a tomar un día extra de descanso. Dediqué la mañana para preparar otros asuntos, decidí dejar de hacer algunas otras actividades y, finalmente, todo eso me hizo llegar a casa de mis padres en el momento preciso. A veces creo que la vida me tiene en una muy alta estima. Una mujer platicaba con mi madre y hablaba sobre su soledad. Después de escucharla un rato; sus palabras me motivaron a hablar. Su sonrisa al final de la charla es más que suficiente motivación para entender que a veces soy un bálsamo y nada más. Con eso me basta, porque si puedo aportar una sonrisa a la vida de alguien, entonces habrá sido un día que valió la pena ser vivido. Ese día hice unas fotografías para una tarea del diplomado. Me gustó la dinámica, aunque no me encantó el resultado. Quizá la hora del día no ayudó. Tal vez las repita en otro momento. Por la tarde me disponía a tomar fotografías nocturnas pero una visita cambió los planes. Siempre es agradable conversar y poder compartir pensamientos con la chica maravilla. Llegar a mutuos entendimientos y fluir, dejando atrás ansiedades, temores y limitaciones. Mi semana no podía iniciar de una forma más maravillosa. Las puertas a un universo desconocido se abren cuando nos atrevemos a reír y olvidarnos de las situaciones. Al final, lo más importante en esta vida es ser feliz. Creo que es la primera vez que dejo mis cámaras esperando… Por esa razón la fotografía 337 fue titulada Neuralizado; porque me olvidé de hacer las fotos… total, Lunas hay cada 28 días… aunque no tuve que esperar tanto.

Yo dormía pero después de la media noche recibí un mensaje que leí el lunes al despertar… Uno de esos mensajes que alteran mi mundo porque sin importar la paz y tranquilidad que reina en mí; soy humano y vibran mis emociones. Cada vez que recibo uno de sus mensajes; sonrío. Por la tarde se abrieron debates sobre un par de temas que escribí la semana pasada. La parte buena es que hay personas que aun leen mis tarugadas a estas alturas del proyecto. El primer punto fue el tema de la reina. En efecto, no es del todo sincera porque a Blancanieves le dice “Si la pruebas todos tus deseos habrán de ser”. Pero no le miente, a menos que entremos al terreno gris de las mentiras por omisión. En fin, el único tema es que Blancanieves debe hacer un sacrificio pero, al final, su deseo se cumple. Y ya lo dijo mi buen amigo Sam “No sacrifice. No victory.” El otro tema que salió a debate fue el hecho de “no volver” o “no luchar” por alguien. Fue más debatido por mis amigas que argumentan que mi actitud denota poco interés, lo cual es un argumento válido, pero síganme por este bizarro viaje por mi mente. Primera premisa, soy un hombre pleno y feliz por lo que no necesito estar con alguien. Segunda, esa persona es la mujer ideal, según lo que busco en una pareja. Ahora, un poco de contexto. Yo no mantengo ningún tipo de relación con ninguna de mis ex novias. La razón es sencilla, el 100% de ellas han terminado conmigo. Al estar herido, lo último que quiero es una amista con quien “me partió el corazón”. Para cuando he sanado; somos dos completos desconocidos, así que ya carece de todo sentido. El 83.33% de ellas me dejaron por otra persona. En otro conjunto están las mujeres que he pretendido y hubo un interés mutuo por un tiempo, sin que llegáramos a un noviazgo, donde 71.42% me ha despreciado para elegir a alguien más. Con esas estadísticas es comprensible por qué razón yo jamás he regresado con una ex novia. ¿Por qué razón me arrastraría para rogarle a alguien que ya me echó a la basura? ¿Qué sentido haría “luchar” por alguien que ya me echó a la basura para estar con alguien más? Sí, estoy dramatizando para establecer un punto. Es lógico que, si la gran mayoría de las mujeres son quienes me han dejado por alguien más; entonces no tienen la necesidad de regresar conmigo. Pero en el hipotético caso en que alguna regresara, como suele cuestionarme uno de mis amigos más cercanos; mi pregunta sería ¿qué tan miserable tuvo que ser su vida para querer recoger algo que ya había echado a la basura? Sería como quere comer vómito, dirían por ahí. Nuevamente, un poco de dramatización para establecer el punto. Conozco casos de éxito en que personas terminan y después vuelven a estar juntos. Quizá hay dos factores críticos de éxito en esos casos, uno en particular que tengo en mente: 1. La separación fue por mutuo acuerdo, nadie dejó al otro por un tercero. 2. Ambos tuvieron un crecimiento como individuos antes de volver a ser pareja. Todo este contexto para explicar a donde nos llevó el debate. ¿Vale la pena luchar por alguien? Sí. ¿Yo lo haría? No. Con todo lo anterior, queda claro en qué caso no lo haría. Nuevamente, no necesito a nadie conmigo. Me gusta compartir, pero si compartiré un pedazo de mi vida, no será con alguien que necesite ser “rescatada”. Yo aspiro a una compañera con quien pueda volar, cabalgar y, si es necesario, luchar lado a lado. Por eso la persona en cuestión resulta tan ideal. Es libre y tomó una decisión. Yo no soy opción de nadie, alguna vez se lo dije a una amiga. Porque cuando estoy con alguien, siempre me entrego al 100%. Eso fue unos años atrás. Ahora mi pensamiento ha evolucionado. Y, reflexiono, que esta última ocasión no fue una elección entre una persona u otra. Fue una decisión basada en felicidad, en si ella es feliz o no es feliz. Sólo es la ejecución de su plan de acción. Como suelo decir, no hay decisiones buenas ni malas, son simples decisiones. Toda decisión tiene consecuencias y podrán ser positivas o negativas, dependiendo del plan de acción que ejecutemos después de tomar la decisión. Y eso es lo que sucedió en este caso, esa es la gran diferencia. Ella sabe dónde está su felicidad mejor que nadie. ¿Y quién son yo para privarla de eso? ¿Quién soy yo para “luchar” contra eso? Como se lo dije, mi mayor prioridad es que ella sea feliz. Si tengo la fortuna de ser parte de esa felicidad, entonces seré el hombre más afortunado de este universo. Si no soy parte de su felicidad; está bien. Lo importante es que ella es feliz. Porque yo soy feliz conmigo mismo… como bien dice mi motto: Si tú no quieres estar, entonces alguien más querrá estar. Y si nadie más quiere estar, al menos estaré yo y con eso me basta. Yo sé que mi filosofía de vida es diferente. No digo que sea correcta o incorrecta, simplemente es una que me permite ser feliz. Es como cuando escucho a una mujer decir que aun deberían existir los hombres detallistas. El tema es que cuando se presentan, porque los hay; salen corriendo. Yo aún escribo cartas con pluma y tintero, las lacro y utilizo el servicio postal. Envío flores porque la noche anterior se me antojó hacerlo; me gusta cocinar para la persona amada; aprender de sus gustos y pasiones; entrego mi amor incondicional. Convierto a la mujer amada en mi musa, le dedico mi trabajo, le agradezco la descarga creativa que trae a mi vida y toda la inspiración que proyecto en mi trabajo. Cuando eso se presenta, las personas se cuestionan ¿por qué a mí? ¿Por qué tanto? ¿Qué hice? ¿Lo merezco? Y se lo cuestionan, creo yo; porque aunque anhelan una historia de amor incondicional, no lo conocen y no lo pueden comprender. Así que se asustan y salen huyendo. Yo que lloro cuando Robin Hood le dice a Lady Marion “I would die for you”, simplemente, no regresaría a luchar por alguien que por decisión propia; me ha despreciado. Porque yo seguiría dando mi vida por ella. Sí, cada quien habla como le va en la feria y la fotografía 338 es prueba de ello. Una foto más que esa persona me inspira. Su amor por la Luna me lleva a esperar cada Luna llena. Intentando crear algo lindo para ella. Aunque ahora, por respeto, ya no se lo haga llegar personalmente. Cada imagen se ha vuelto un mensaje en una botella. Porque amarla significa que deseo que ella sea feliz, mas no significa que ella deba querer estar conmigo.

El martes fue un día largo. En algún momento sonó una canción que me gusta mucho. No es muy literal en este momento pero hay algunas frases que encajan, sobre todo el final. Por la noche no sabía qué hacer para la fotografía del día. Así que estaba parado con la cámara en el tripie y mirando mí entorno, en busca de algo que atrapara mi mirada. De pronto miré a la derecha, hacia el balcón… y ahí estaba ella. Asomándose tan perfecta, sólo unos segundos. Nunca serán suficientes las fotos que pueda tomarle, así que volví a capturarla con la fotografía 339. No todos los días se deja y no todos los días puedo. Un momento así de afortunado no se deja pasar.

El miércoles fue el día que me tocó trabajar en casa. Aproveché para adelantar algunas tareas domésticas. También fui por mis fotografías de la exposición La Vida en Infrarrojo. Ahora sólo es cuestión de darme tiempo para montarlas en la sala temporal de mi galería privada. Por la noche salí a atender un compromiso. Acepté acompañar a una amiga a recoger su nuevo auto. A veces me gusta tomar fotos mientras manejo. Sé que es irresponsable pero no despego las manos del volante, ni quito la vista del camino. La intención de esas fotos es capturar el movimiento. A veces se logran cosas muy interesantes como la fotografía 340. Ese punto donde la relatividad se hace evidente. Me gustan ese tipo de imágenes y tenía mucho que no las intentaba.

El jueves llegué después de las 0130 a casa, así que sólo dormí como tres horas. Al despertar, la lluvia caía con fuerza. El camino al trabajo fue completamente bajo lluvia. Eso me permitió capturar la fotografía 341. Un momento en que decidí apagar los limpiadores y dejar que el agua hiciera la magia. Me encantan los días lluviosos y nublados. Son tan perfectos. Me llenan de tantos recuerdos, que la nostalgia se transforma en alegría. El resto del día fue un constante recordatorio de que debo descansar un poco más de lo que suelo hacerlo.

El viernes realicé un par de tomas antes del amanecer. Al final, la fotografía 342 me gustó porque tiene toda la intención de provocar algo con el horizonte inclinado. Me genera una especie de vértigo. Quizá porque centro mi atención en lo que pretendía capturar. Una exposición de 30 segundos sin tripie; no es sencilla. También me agrada generar esa sensación de movimiento. Siento que estoy en un barco… o tal vez sólo soy una pequeña embarcación en medio de un mar de emociones.

El sábado fue un día largo, siempre son cansados. Durante el día me sentí medio melancólico. Pero llegando al diplomado, un cabello rojo como el fuego llamó mi atención. Cuando ella me miró; sonreí. Luego ella caminó hacia mí con una enorme sonrisa dibujada en sus labios carmesí. Cuando me rodeó con sus finos brazos; el mundo se detuvo. No quería estar en ningún otro tiempo ni en ningún otro lugar. Se siente tan maravilloso rodearla completamente con mis brazos. Literal, le doy la vuelta. Tenía tanto que no veía a mi amiga que, en verdad; llenó de alegría mi día y me cambió de ánimo el resto de la tarde, tan sólo con un abrazo. Es fantástico sentirse querido. No hacen falta palabras entre ella y yo. Por la noche, al llegar a casa, quise capturar ambas emociones en la fotografía 343. Por una parte, la melancolía que me embargaba al principio del día y, por otra, la alegría de ese abrazo que se refleja en la nostalgia y romanticismo de mi autorretrato.

 

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