La semana 35 inició el domingo con una celebración, del día del niño, a lo grande. Decidimos hacer una reunión en el departamento, para jugar Gears of War 4. Fue un día diferente y la fotografía 239 busca documentar esa divertida anécdota de “Tráete muchos”. Sin duda alguna, ese será el recuerdo gracioso de ese momento y el pretexto adecuado para dejar una sutil referencia a la aparición de alguien especial.
El lunes fue un día muy cansado en el que me pasé limpiando todo lo que ensuciamos el día anterior. Al final, para la fotografía 240, capturé la invitación de la boda a la que asistiré este mes. Estamos en cuenta regresiva para ese magnífico viaje a Oaxaca. Un viaje en solitario que llega oportunamente, aunque complica mis intenciones de socializar con alguien especial.
El martes fue un día largo en el trabajo. Suele ser un problema desaparecerme tanto tiempo. Todo el día traje un pensamiento atorado en la cabeza. Al llegar a casa saqué unos hielos para preparar una bebida y mientras jugaba con ellos, vino a mi mente esa forma de proyectar el pensamiento que aún ahora me inunda. La fotografía 241 es el resultado de ese pequeño empujón que mi mente necesitaba.
El miércoles fue un día extraño. Tuve algo de trabajo, cené con un amigo y casi toda la tarde y noche estuve platicando con alguien especial. Finalmente me decidí a escribirle. Cuando me disponía a hacer la fotografía 242, leí un mensaje suyo y sonreí, casi como el conejo que miraba de lejos. Me puse a limpiar las lechugas y entonces supe que sería una imagen sencilla pero con una gran referencia a lo emocionado que me siento en este instante de mi vida, casi como si flotara sobre las nubes.
El jueves fue un día con mucha lluvia y eso me dejó encerrado por mucho tiempo, así que llegué muy noche a casa. De algún modo, ya había imaginado lo que haría. Sin querer, las dos fotografías anteriores me dieron la pauta. El fondo debía ser azul, sólo necesitaba encontrar el objeto principal. Mientras movía mi equipo fotográfico, encontré el estuche donde guardo los botones de mis aventuras y me trajo lindos recuerdos. Procedí a acomodarlos por año y capturar la fotografía 243.
El viernes estuve en casa haciendo tarea del diplomado. Entre ellas, había que hacer una fotografía de autorretrato de mis piernas al desnudo. Así que intenté varias cosas pero ninguna me convenció. Opté por aquello que dice: menos es más. Definitivamente, mis piernas son lo que más me gusta de mi cuerpo y quise capturar, en la fotografía 244, el poder que aún tienen, a pesar del descuido en que las tengo.
El sábado caminé mucho por el Centro Histórico y no pensé mucho en tomar fotos. El Zócalo es un desastre de obra. Pero saliendo el diplomado, las nubes me mostraron una postal que no pude negarme a tomar. Ya que estaba ahí, decidí capturarla con mi mirada única de luz infrarroja. Al principio no estaba muy convencido de incluir el Palacio de Bellas Artes pero, al final, creo que valió la pena hacer la fotografía 245, de este otro Palacio que yo veo.
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