Recibí la semana 32 en medio de un prodigioso momento. Hay días como el domingo en los que desde el primer minuto se acumulan cosas que contar porque la vida decide sorprenderme y regalarme instantes para la posteridad. Aun así, la fotografía 218 tuvo que esperar hasta el amanecer; el cual contemplé a través de una copa que desde la noche anterior estuvo ahí. Ese cáliz, desbordante de alegría y felicidad; es uno de los momentos cumbre de este proyecto. Puede parecer una fotografía muy sencilla pero ella me vio tomarla.

El lunes me desperté justo cuando amanecía; me sacudí la flojera y corrí a la sala para tomar fotos del amanecer para E.L.L.A. De tantas, elegí una para hacer un experimento que desde hace mucho tiempo quería intentar. El resultado fue la fotografía 219, no me dejó del todo satisfecho pero es porque la segunda exposición no me encantó. Necesito retratos de otras personas. Sólo que para las dobles exposiciones decidí que ambas fotografías deben ser del mismo día para poder incluirlas en este proyecto; eso lo hace doblemente difícil.

El martes había tomado algunas fotos del amanecer y de camino a casa llovía, así que no creí poder tomar fotos de la Luna llena. Para mi sorpresa, cuando llegué a casa; vi que la Luna se asomaba tras un pequeño claro entre las nubes. Casi como invitándome a tomar mi cámara. Segundo a segundo se desnudó ante mi lente y logré hacer una composición que me agradó bastante, con esas nubes rodeando la bella figura de la Luna, para la fotografía 220.

Jamás serán suficientes fotos de la Luna. El miércoles llegué temprano a casa; revisé la hora en que la Luna saldría. Coloqué mi equipo y, en lo que esperaba, decidí hacer algunas otras cosas. De pronto, el cielo se nubló casi en su totalidad. Estaba a punto de mover mi cámara, para tomar otras fotos, cuando noté ese color anaranjado saliendo tras los árboles. En cuestión de segundos la Luna había salido pero logré capturar esas estoicas siluetas frente a ella. No cabe duda que las cosas buenas son para quienes esperan.

El jueves me desperté muy temprano para tomar fotos del amanecer. La primera que hice fue para E.L.L.A. Pero me volví a acostar. Minutos después me levanté de nuevo, casi como si supiera que la imagen que deseaba, estaba a punto de aparecer ante mis ojos. Preparé mi cámara y, de pronto, ahí estaba. Sólo duró unos cuantos segundos pero logré tomar suficientes fotos como para hacer un time-lapse, aunque sólo me interesaba una. La fotografía 222 es un encuadre muy similar al de la foto anterior pero esta vez del Sol. Creo que cuando sea rico y poderoso, compraré un objetivo 800 mm. La belleza se encuentra en todos lados, si sabemos mirar adecuadamente. Por la tarde me senté con mi madre a ver fotografías antiguas de la familia. He visto esas fotografías infinidad de veces pero esta ocasión las observé con especial emoción y asombro. Tal vez, con un poco de suerte, algún día mis fotos le contarán una fantástica historia a mis sobrinos. Fue maravilloso encontrar la primera fotografía que tomé cuando tenía escasos seis años. En otras noticias, ya he decidido dejar de insistir.

El viernes me volví a levantar temprano para esperar el amanecer. Preparé mi cámara y comencé a tomar fotos desde los primeros minutos de la hora azul. Mientras contemplaba la belleza del amanecer; ocurrió algo extraordinario que me hizo acordarme de mi infancia. Recuerdo que, cuando tenía tres o cuatro años, le preguntaba a mi madre qué era eso, mientras señalaba una parvada de pájaros en el cielo. Recuerdo que, a esa edad, a menudo veía decenas de aves en vuelo. Con los años no sé si dejé de mirar el cielo con la curiosidad de niño o si las aves dejaron de volar en grandes grupos. Tal vez ambas. Pero a veces me preguntaba si volvería a ver algo así. Este día sucedió ese milagro. No eran decenas, eran cientos, tal vez un millar de aves volando juntas en el cielo. Su marchar se prolongó por más de un minuto, en el que no dejé de presionar el disparador remoto de mi cámara, mientras mis ojos contemplaban con emoción ese espectáculo. Logré una fantástica fotografía que ahora forma parte de E.L.L.A. Son esos pequeños momentos fantásticos que la vida y la fotografía me regalan.

A pesar de ese momento de invaluable fortuna, la fotografía 223 es de un momento igualmente increíble. Tuve la ventura de perderme en unos ojos fantásticos. Adriana fue la primera voluntaria en permitirme adentrarme, literalmente, dentro de las fibras de su mirada única. Para mí cada ojo es un universo esperando a ser explorado. Tomó 43 exposiciones combinadas artesanalmente para reconstruir su ojo izquierdo.

Para redondear el día, tuve la alegría de compartir la tarde con mis amigos. Escuchar la risa de su hija es suficiente para llenar mi corazón de júbilo; escuchar el sonido que producen sus piecitos mientras corre por la casa. Hay tantas cosas bellas en la vida que muchas veces ya no nos detenemos a disfrutar.

Finalmente, el sábado recibí en mi Fortaleza de la Soledad a la segunda voluntaria para perderme en su mirada. Cinthya tuvo el valor de someterse al proceso de fotografía macro y generar la 224 con 31 exposiciones de su ojo derecho. Sus profundos ojos me mostraron mundos nuevos a descubrir.

Cada vez me intereso más en hacer este ejercicio con más personas. Y estoy profundamente agradecido porque hay valientes mujeres, como ellas, que han tomado la iniciativa de estar al frente del experimento. Aunque el trabajo de postproducción es brutalmente artesanal; el resultado lo vale.

 

218/365 Llena De Felicidad. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 9 de abril de 2017, 07:39 hrs.

f/13
1/80 sec.
ISO-100
26 mm
Nikon D7100
219/365 Fusión. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 10 de abril de 2017, 07:39 hrs.

f/11
1/100 sec.
ISO-100
38 mm
Nikon D7100
220/365 Luna Sonrosada. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 11 de abril de 2017, 21:36 hrs.

f/18
1/3 sec.
ISO-100
300 mm
Nikon D7100
221/365 La Luna Es De Queso. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 12 de abril de 2017, 21:35 hrs.

f/8
1/2 sec.
ISO-100
300 mm
Nikon D7100
222/365 Bola De Hidrógeno. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 13 de abril de 2017, 07:32 hrs.

f/18
1/800 sec.
ISO-100
300 mm
Nikon D7100
223/365 Universo Desconocido. Tlalnepantla, Estado de México, México. 14 de abril de 2017, 11:20 hrs.

1/200 sec.
ISO-100
Nikon D7100

 

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