Esta es una de esas semanas en las que mis propias palabras me hacen entrar en razón. Pero eso es lo hermoso de este Camino a los 33.
Inicié cocinando para mis amigos porque la tradición así lo demanda. Es uno de los días más esperados del año. Aunque la decepción de la derrota se ve reflejada en el resultado del intento fallido de un contraluz en la fotografía 155. Quiero más sombras y menos detalles. Lo seguiré intentando.
Un atardecer siempre aporta la gran oportunidad de capturar lo que no se pudo hacer durante el amanecer. Con la fotografía 156 decidí capturar ese último instante, en una especie de tributo y agradecimiento al magnífico fin de semana que me invitaron a pasar fuera de casa. Inicié con un maravilloso amanecer y concluí en el momento contrario; un fantástico atardecer. Sin duda alguna, mi más profundo agradecimiento a mis amigos que me recibieron durante tres noches y tres días.
Como cada año, el día de enfrentar la realidad llega después de los excesos del fin de semana largo. Aunque debo ser honesto, me da igual. Simplemente, con la fotografía 157, quise documentar el hecho porque casi nunca me creen cuando digo cuánto peso.
Hace unas semanas recibí un regalo de mi mejor amiga. Un delicioso regalo. Y como ella es, quizá, la mujer más importante en mi vida, sólo por detrás de mi madre; decidí conservar el moño en la puerta de mi cuarto. Mi hogar está lleno de pequeñas referencias a momentos y personas; sin importar si están presentes o sólo son un lindo recuerdo. La fotografía 158 busca documentar esos detalles. El esquema de colores y la puerta abierta tienen su propio significado pero lo dejaré a su interpretación.
Hoy pasé por alto la fotografía. Fue un día en el que procuré mantenerme ocupado mentalmente, así que, hasta que llegué a casa; recordé que no la había tomado. Con la fotografía 159, decidí capturar un bonche de piezas que tengo regadas en mi comedor desde hace varias semanas atrás. De la misma forma que mis sentimientos se encuentran regados y desatendidos desde ese fatídico sábado. Irónicamente, ese rompecabezas me lo regaló la misma persona que me regaló la oportunidad de sentir tristeza y decepción en este instante de mi vida. Ambas muy útiles para crear.
Fue un día muy largo, con muchas cosas; demasiadas, tal vez. Vi a una persona que no conozco, tan sólo sé su nombre y apenas me atrevo a saludarla. Sin embargo, siempre me alegra. Verla sonreír es como contemplar un hermoso amanecer. También fue el día de la Luna llena con eclipse, así que la fotografía 160 captura esa privilegiada vista que tengo desde mi casa. Definitivamente, es una escena que me encantaría compartir algún día; aunque sé que ese día no llegará. Finalmente, este mismo día recibí la visita inesperada de una persona y recordé: “Olvidar no es algo que haces; es algo que te sucede”.
A veces soy demasiado necio pero este proyecto es parte de concluir lo que inicio y he decidido terminar ese proyecto que, tal vez, jamás llegará a su destinatario pero que prometí hacer. Hoy saqué la madera y mis herramientas. La fotografía 161 es un vil documento de este proyecto que hoy inicio. Tal vez podré dejar huella del progreso de un proyecto, dentro de otro.
f/8
1/60 sec.
ISO-100
20 mm
Nikon D7100
f/18
1/500 sec.
ISO-100
18 mm
Nikon D7100
f/5.6
1/60 sec.
ISO-400
80 mm
Nikon D7100
f/4
1/13 sec.
ISO-800
27 mm
Nikon D7100
f/5.6
1/60 sec.
ISO-400
40 mm
Nikon D7100
f/22
30 sec.
ISO-100
55 mm
Nikon D7100
f/8
1/160 sec.
ISO-100
18 mm
Nikon D7100
Publicación Anterior: Camino a los 33 (Road to 33): Semana 22
Siguiente Publicación: Camino a los 33 (Road to 33): Semana 24