A veces la vida hace su mejor esfuerzo por joderme. Sin importar la actitud que pueda tener, este inicio de semana fue nefasto.
Inicié destruyendo el último vínculo que quedaba con mi Chica de Humo. Pero ya estoy cansado de discutir, de explicar… de rogar… Así que como dice la canción “… Y, sin embargo, quiero que seas feliz (…) y que una nube de tu memoria me borre a mí”.
Destrucción, muerte, infartos cerebrales y hospitales continuaron en las primeras 24 horas de la semana. Al final, mi pesar resultaba ser el menor de todos los males. Definitivamente, no tenía cabeza para esto, y aun así tomé el tiempo necesario para hacer la foto 162 con un juego de perspectivas.
El perro es mucho más grande que el auto pero al ponerlo en un plano más lejano; se logra generar el efecto en el que el perro conduce el auto. Seguiré experimentando con esta técnica para generar imágenes diferentes en el futuro.
La fotografía 163 es resultado de pasar encerrado todo el día en casa. Así que en algún momento miré por la ventana y pensé que sería buena idea incluir una foto de esa vista tan común en mis fotografías; pero esta vez desde mi mirada única.
La semana pasada incluí las piezas de ese rompecabezas que ella me regaló. Este día recordé que una prima mía se sorprendió que pudiera
tomar fotos siendo ingeniero, pues según ella; debería ser muy cuadrado.
Sin embargo, como alguna vez dije: es mi mente la que me llevó a formarme como ingeniero, y no la ingeniería la que formó mi mente. Desde siempre he armado los rompecabezas de la misma forma: separar piezas por forma; ordenarlas en una matriz; formar clusters de tonos similares; armar secciones de esos tonos; mantener un mapa mental de las piezas que han sido probadas en una posición específica en un tiempo determinado. Sí, sin saberlo, desde niño tenía implementado una especie de algoritmo Radix Sort, sólo que en lugar de enteros; con piezas del rompecabezas. La fotografía 164 busca capturar ese comportamiento que tengo desde niño.
Algunas veces me han preguntado cómo logro ver lo que capturo; cómo es que tomo mis fotografías. Lo hago siguiendo la famosa frase de Henri Cartier-Bresson: “To photograph: it is to put on the same line of sight the head, the eye and the heart”. Con la fotografía 165 represento ese momento en que la cámara y yo somos uno mismo.
Estoy tan perdido que un día decidí cargar mi cámara infrarroja. Necesito escapar a ese mundo donde sólo existo yo; donde no hay espacio para nadie ni nada más. Sólo somos mi soledad y yo. Ese mundo frío, lleno de nostalgia, paz y tranquilidad. Caminando por los lugares que poco frecuento; me encontré con el árbol de la fotografía 166. Ese árbol peleaba contra el viento para mantener su postura. Se doblaba ante las fuertes y continuas ráfagas de viento… pero jamás se rompió.
Fui a jugar boliche con unas amigas, de ahí surgió la fotografía 167. Lo que, aparentemente, es un simple documento; muestra un momento en un determinado tiempo. Y aunque yo sé exactamente cuando fue, la idea de la fotografía es mostrar ese instante en el que la bola abandona la mano o la mano libera la bola. Jamás había jugado boliche hasta que jugué con ellas. De hecho, sólo juego con ellas. Soy malo pero al menos he ganado varios juegos y jamás he terminado en último lugar.
Después del obscuro episodio de la semana pasada; visité a mi abuela. Durante la plática; observé su mesa. La misma mesa que ha estado ahí por décadas. Esa mesa en la que tantas veces he comido. Algo en ella me conmovió, así que decidí documentar la vista con la fotografía 168, en una especie de bodegón. Justo así como estaba, como suele estar en un día habitual de mis abuelos, sin mayor encuadre que mi propio punto de vista.
Casi todo lo que escribo aquí es a partir de mis notas diarias. Con ligeras ediciones en lenguaje y redacción pero muy apegado a lo que escribo cada día. Hoy lo menciono porque se ha convertido en una especie de diario aunque muy acotado a lo que hago en este proyecto; pero cada vez más menciono situaciones personales que están influyendo mis fotografías. Lo cierto es que hay eventos que he omitido, básicamente, porque se me olvidan; eso me permite darme cuenta que ciertos eventos resultan irrelevantes. Tal vez será interesante exponer este libro de notas en algún momento.
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