Esta semana fue un tanto frustrante porque intenté varias cosas que no salieron muy bien y terminé tomando fotografías diferentes. Sin embargo, la mejor fotografía de la semana, sin duda alguna es la 141. Una fotografía que tiene todo que ver con el estado de ánimo que hoy tengo. Esas cartas escritas con sangre de amor en las murallas de mí Fortaleza de la Soledad. Creo que la fotografía se explica sola.
La fotografía 142 es un experimento fallido. Seguramente después seguiré intentando perfeccionarlo, aunque ya no documente los resultados. Evidentemente, esa fotografía guarda un secreto. ¿Cuál es ese secreto? Sus respuestas a mi correo. Tercer indicio.
Tantas veces paso por ahí y casi nunca presto atención. Sin embargo, en las últimas semanas me he sentado a leer cerca de ese lugar y el sonido resulta agradable. A veces sólo observo a las personas subir y bajar. En uno de esos momentos de ociosidad tomé mi cámara y capturé la fotografía 143. Ese punto en la vida en la que ya no sabes si subes, bajas, vienes o vas.
Ahogar las penas es algo que no suelo hacer. Y eso representa la fotografía 144. Esa simetría que me induce a otro mundo, justo como el efecto que tiene en mí ese trago que documento antes de beber. Una fotografía simple pero con una estética peculiar. Una mezcla de figuras, texturas, colores, luces y sombras. Justo como la mezcla de emociones que reina en mí.
Al menos un día la semana me gusta salir a caminar y buscar algo en mis alrededores. La fotografía 145 la capturé a través de una división de una reja. Esos pequeños vestigios de naturaleza que se resisten a desaparecer en una, cada vez más, enorme ciudad.
La fotografía 146 es el resultado de otro experimento fallido que me llevó demasiado tiempo desechar. Así que me dejó muy poco tiempo en el día para hacer la fotografía. Entonces elegí algo que tenía a la mano y lo hice parte de este proyecto. Este tipo de elementos se están haciendo comunes y me agrada porque no sólo es una fotografía para cumplir. Realmente significa algo. ¿Quién lo descubrirá?
Invitaron a Lucrecia a una fiesta infantil y decidió que asistiría acorde al evento, así que la fotografía 147 es un documento de ese maravilloso atuendo que la acompañará en esa aventura. Un especial agradecimiento a mi madre que me ayudó a crear tan maravillosa pieza.
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