Esta semana decidí crear una serie que representara un proceso específico que ocurre en mí. Con el paso de los días, las reacciones de las personas y algunos eventos desafortunados que han ocurrido en mi vida; decidí integrar ciertos elementos.

No explicaré las fotografías, simplemente porque no tengo que hacerlo. No se me da la gana hacerlo. Así que en este momento sólo escribiré sobre lo que sucedió con las dos fotos que publiqué en redes sociales.

A pesar de que en la primera publicación, en la que presenté el proyecto, mencioné que era probable que no publicara las fotografías diariamente; he hecho un esfuerzo extremo para subir cada fotografía después de tomarla. Sin embargo, sólo la publico en la página del proyecto: Camino a los 33.

Esta semana, Facebook tuvo la increíble idea de recordarme un par de frases que compartí hace dos años. Así que decidí utilizarlas para darles encabezado a dos fotografías que tomé esta semana. Creo que ninguna publicación de este proyecto ha recibido tantas reacciones como la fotografía 034.

Estoy casi seguro que de haber publicado la pura imagen, no habría recibido tanta atención. Lo cierto es que hubo muchas reacciones y eso me hace pensar en todas las posibilidades que hay. Una fotografía está sujeta a la interpretación de quien la observa. Por tal motivo, hay quien se habrá sorprendido por lo que quemaba. Habrá quien se habrá reído con el texto. Quizá habrá existido alguien que sintió nostalgia al ver la fotografía. Tal vez, alguien sintió temor. Quizá alguien lloró y reclamó. Lo cierto es que yo no puedo hacerme responsable por cada una de las emociones que cada uno de los espectadores siente. Sólo soy responsable de crear una fotografía que invite a sentir.

Sé que tal vez pueda existir alguien que crea que intento decirle algo. Lo cierto es que no hay un mensaje personal hacia nadie. Esta serie fotográfica habla de mí, de lo que vivo, de lo que siento, de lo que soy. Incorporo elementos que son parte de mí, que representan una pérdida o un logro. Que son en honor a un evento maravilloso o en memoria de un momento trágico… como el que ocurrió esta semana.

De mi bitácora de proyecto rescato lo siguiente del 7 de octubre:

“Una fotografía después de la otra, no podía esperar un día entero para hacer esta foto o me arrepentiría de quemar las cartas. Casi incendio todo el departamento (otra vez) pero el resultado valió la pena. El humo y el olor durará algunos días pero con el tiempo desaparecerá… así como el dolor.”

Me han preguntado: “¿Esto es para mí?” No, las fotos que hago no son para alguien, son mías y los elementos que utilizo en ellas también lo son. Ustedes son libres de sentir lo que quieran… esa es mi intención… ese es mi regalo: sienta lo que quieran pero sientan.

 

029/365 Falling for you. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 2 de octubre de 2016, 19:54 hrs.

f/9
1/125 sec.
ISO-100
26 mm
Nikon D7100
030/365 Empty sheets. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 3 de octubre de 2016, 22:29 hrs.

f/11
15 sec.
ISO-100
26 mm
Nikon D7100
031/365 Inking my soul. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 4 de octubre de 2016, 23:24 hrs.

f/14
10 sec.
ISO-100
26 mm
Nikon D7100
032/365 Sealed Fate. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 5 de octubre de 2016, 22:43 hrs.

f/11
10 sec.
ISO-100
66 mm
Nikon D7100
033/365 Undeliverables. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 6 de octubre de 2016, 23:25 hrs.

f/11
15 sec.
ISO-100
38 mm
Nikon D7100
034/365 Lonely sighs. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 7 de octubre de 2016, 00:07 hrs.

f/11
15 sec.
ISO-100
38 mm
Nikon D7100
035/365 But the memory remains. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 8 de octubre de 2016, 01:10 hrs.

f/22
251 sec.
ISO-100
20 mm
Nikon D7100

 

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