“¿Alguna vez he mencionado lo mucho que me gustan los amaneceres? Sobre todo, si tienen nubes; especialmente nubes rosadas…” Esta semana la inspiración vino de un lugar distinto. Durante todo este tiempo de aislamiento he escuchado demasiadas veces frases como “a veces todos los días ya parecen iguales”. Sí, también me ha sucedido, pero observar los amaneceres me dio la oportunidad de reflexionar al respecto y esta es la historia…
Día 183. 4 de marzo de 2021
¿Alguna vez he mencionado lo mucho que me gustan los amaneceres? Sobre todo, si tienen nubes; especialmente nubes rosadas. Son como algodones de azúcar. Me recuerda a mi infancia. Es de gordos ver nubes e imaginar comida.
Pero también me recuerdan el fuego del Ave Fénix que extiende sus alas para surcar el cielo. Hoy ha sido un día normal, uno de esos en los que me confundo entre idiomas y termino una clase más. Hay tanto por practicar ahora. Tengo un sentimiento de pesar, una angustia acumulada que de algún modo debo canalizar.
Día 184. 5 de marzo de 2021
¿Alguna vez he mencionado lo mucho que me gustan los amaneceres? No importa si no tienen nubes. Siempre hay algo maravilloso que observar. La simple transición de la sombra a la luz. Y, en esta foto en particular, se pueden ver tres diminutos puntos. Júpiter y Mercurio aparecen casi juntos; Saturno se ve a penas unos grados arriba y a la derecha.
Hoy hubo un bomberazo en el trabajo y tuve que estar en muchas juntas con los jefes. Por la tarde se canceló la reunión “after-hours”, así que decidí tomarme la tarde libre y terminé de ver una serie. A veces hace bien una tarde así.
Día 185. 6 de marzo de 2021
¿Alguna vez he mencionado lo mucho que me gustan los amaneceres? Sobre todo, si tienen nubes; no importa que sean demasiadas. Me encantan los amaneceres fríos, hacen juego con la oquedad en mi pecho.
Lo que inicialmente había sido pereza creativa, lo he convertido en inspiración. Durante esta pandemia más de una vez he escuchado decir “a veces todos los días ya parecen iguales” o algo similar. Reflexiono sobre eso y pienso que quien lo dice, no ve los amaneceres todos los días. ¡Cada uno es diferente! Cada uno es hermoso por si mismo. Yo hoy decidí darle mi toque especial a un amanecer que más de uno lo describiría con un “hoy amaneció feo el día”. Sí, es un hecho que arruinó mis observaciones astronómicas, pero está en mi la capacidad de crear algo bello, algo que a mí me guste, a partir de esta situación adversa.
Ayer estuvo completamente despejado, hoy está totalmente nublado. Si los amaneceres no se parecen, entonces ¿por qué los días tendrían que hacerlo? No son los días, sino nosotros quienes nos parecemos. He decidido fotografiar los amaneceres del resto de la semana, simplemente para tener evidencia de lo diferentes que son. Mis días también lo son. Hoy tuve que hacer algunos menesteres que apremiaban un poco mi agenda y por la tarde vi unas películas. Una en particular me pareció interesante, pero resultó ser muy mala. Soy un científico entusiasta, me resulta doloroso cuando violentan las leyes de la física tan irresponsablemente. Creo que no podía esperar demasiado cuando la solución central era trasplantar un cerebro humano en un robot y llamarlo Humano 2.0.
Día 186. 7 de marzo de 2021
¿Alguna vez he mencionado lo mucho que me gustan los amaneceres? No importa que no tengan nubes. A veces la simple bruma genera una dispersión de la luz que resulta espectacular. Se acerca el equinoccio, ese día en el que el Sol brilla sobre el ecuador. Sigo sospechando que elegí mal el día para no estar aquí, me perderé esa imagen que llevo casi un año tratando de capturar.
Hoy ha sido un día extraño. Me siento agotado. Mi consciencia va y viene, no logro concentrarme. En la tarde me acosté un momento y, quizá, me quedé dormido una hora. Me despertó el sonido de la lluvia golpeando en la ventana. Demasiados recuerdos vinieron a mí… recuerdos que hoy intento reprimir.
Después se fue la luz un par de horas mientras la tarde comenzaba a convertirse en noche. En ese lapso una despedida, maquillada de disculpa, ocurrió. Me sorprende la incapacidad que tienen algunas personas para expresar lo que quieren… para definirlo. En fin. Vi una película de acción cuando volvió la luz.
Día 187. 8 de marzo de 2021
¿Alguna vez he mencionado lo mucho que me gustan los amaneceres? Sobre todo, si tienen nubes; especialmente nubes rosadas. Qué fantástico espectáculo es esperar los primeros rayos de luz, mientras leo al caminar o camino mientras leo, ya no lo sé. Cada vez que paso frente al balcón la escena cambia y la cámara se encuentra lista para disparar en el momento que los colores me cuentan algo. Tanto amor, tanta distancia, tanta soledad…
Hoy tuve una serie de sueños sumamente extraños, fue una especie de Roya Rumble de todos mis miedos, angustias y ansiedades, pero en este caso todos peleando juntos por trastornar mi descanso. Lo peor es que estuve despertando a cada instante y en cuanto volvía a dormir, nuevamente soñaba con algo perturbador. Creo que mi cerebro está encontrando la forma de liberar el dolor que he reprimido las últimas dos semanas… quien diría que ya han pasado dos semanas. No cabe duda de que la ausencia de una respuesta es una respuesta por sí misma…
Día 188. 9 de marzo de 2021
¿Alguna vez he mencionado lo mucho que me gustan los amaneceres? Sobre todo, si tienen nubes; especialmente nubes rosadas. Estos amaneceres que aún se aferran en hablarme… hablarme de épocas pasadas… épocas que hoy intento olvidar, aunque eso me hace recordar que olvidar no es algo que haces; es algo que te sucede. Y si a eso le sumamos la Luna menguante, entonces es un combo de recuerdos por combatir.
Me gusta leer los libros de pasta a pasta. Pero el libro que estoy leyendo, una tercera parte son anexos legales; estuve a punto de detenerme y dejarlo así. Mientras esperaba el amanecer, comencé a leer el primer anexo y descubrí algo curioso. Entonces continuaré leyéndolos, aunque me tome varios días más. Ya mencionaré el dato curioso cuando me toque fotografiar el libro.
Entre nube y nube intenté observar a Júpiter, de hecho, entre las nubes de la imagen se alcanza a ver un punto brillante… ese es Júpiter. Quizá mañana tenga mejor oportunidad. En este momento Saturno, Júpiter y Mercurio forman una línea casi recta.
No sé si son nervios, ansiedad, emoción o todas las anteriores. Sólo sé que han pasado dos semanas… es duro enfrentar esta realidad. Hoy está más cerca ese momento de asombro que tanto anhelo. Hoy tuve un rayo de luz muy especial. Breve. Y muy especial.
Día 189. 10 de marzo de 2021
¿Alguna vez he mencionado lo mucho que me gustan los amaneceres? A veces es bueno que no tengan nubes. Sobre todo, si hay tres planetas que puedo observar con mi telescopio. Saturno, muy por encima de la Luna menguante; Júpiter casi a un costado; y Mercurio, unos grados abajo y a la izquierda de Júpiter.
Hay quien me ha preguntado si me levanto muy temprano para poder verlo. En este caso fue a la misma hora que otros días; 0500 hrs. Observar Mercurio es muy complicado por su cercanía con el Sol, así que es bueno aprovechar estos días en los que se deja ver.
Hoy desperté de un sueño muy… interesante. Su interpretación me resulta un tanto obscura… demasiado meta, pero me divierte encontrar las posibles asociaciones con mi vida. Hoy también es el día en que he decidido no escribirles más a las personas con quienes sueño. Creo que podré soportar la ansiedad estas primeras veces. Después se que se disipará. Algún día tenía que crecer.
Si los amaneceres no son iguales, entonces que mis días tampoco lo sean. Está en mi apreciarlos y crear algo significativo, para mí, en cada uno de ellos. La misma vista; infinidad de emociones diferentes. La próxima semana procuraré no incluir amaneceres, creo que el ejercicio ha cumplido su objetivo.
“Wooow. Que gran regalo de cumpleaños”. Con ese recuerdo me quedo hoy. Hoy elijo atesorar ese momento.