Esta semana fue un tanto bizarra. El arranque esperando de la época más maravillosa del año, algunos accidentes que dieron paso a bellas expresiones y auto representaciones interrumpidas por una violenta fluctuación de emociones en el último día. No cabe duda de que este proyecto, si sobrevive, estará marcado por ese día. Sin mayor preámbulo, así la semana 2…
Día 8. 10 de septiembre de 2020
“The most wonderful time of the year”. Y no hace falta decir más. ¡Que me dejen encerrado el resto del año! Sin duda alguna, uno d ellos días más esperados en mi calendario.
Día 9. 11 de septiembre de 2020
¿Cuántas de las Bellas Artes has utilizado para demostrarle tu amor? Por alguna extraña razón, esa pregunta inundó mi mente. Pero antes de poder responderla, me pregunté ¿cuáles son las Bellas Artes? ¿Tomo en cuenta sólo las seis clásicas o también las modernas? Al final, no importa si a penas llevo dos o tres, lo que importa es que aun hay muchas más formas nuevas por descubrir, para expresarlo y, justamente, la fotografía de este día captura la emoción que siento cada vez que preparo algo nuevo para expresarle este amor. No importa si son los acordes de una melodía, o el voseo reverencial de una prosa, o los oleos de una pintura. La imagen sólo pretende recordarme lo importante de seguir creando esos detalles, sin importar el hecho de que ya no está y no la volveré a ver.
Día 10. 12 de septiembre de 2020
Esta es la primera fotografía que creo por accidente. De algún modo todas las anteriores han tenido su intención y tratan de capturar una emoción, pero este fue un accidente feliz, como solía decir Bob Ross.
Lo que termina reflejando, justamente, es el proceso creativo que, en mi caso, muchas veces (probablemente la mayoría) se trata de equivocarme.
Esta es la historia: estaba tratando de fotografiar una figura, pero en mi configuración decidí poner la cámara en el zenit y la figura sobre la mesa. Como yo no me puedo subir sobre la mesa para tomar la foto, decidí conectarla a mi celular para usarlo como disparador remoto. Ya con el celular en las manos, mi celular hizo cortocircuito y la costumbre me hizo poner el celular sobre la figura para “tomar” la fotografía con el celular. En cuanto metí el celular entre la cámara y la figura… cosas muy psicodélicas comenzaron a suceder.
Después de eso simplemente comencé a experimentar con diferentes composiciones. Me olvidé de la figura y mi celular se convirtió en la pieza central. El retraso en la transmisión de la cámara al celular, la corrección que hace la cámara con su propio giroscopio y la hermosura de una recursión infinita (alguien olvidó definir el caso base); me permitieron crear algo bello a partir de un “accidente”.
Día 11. 13 de septiembre de 2020
No hay mucha creatividad en esta imagen, pero si mucha felicidad de volver a disfrutar de los domingos de NFL. En la preparatoria siempre les decía a mis amigos que alguien tendría que poner un bar para seguir disfrutando de esas reuniones. Jamás imaginé que terminaría siendo yo.
Día 12. 14 de septiembre de 2020
Esta era la figura que intentaba fotografiar en el día diez. Poco a poco mi casa se ha ido llenando de dragones. Todo comenzó hace dos años con un trío de rompecabezas que representaron una especie de catarsis.
Hoy mi oficina tiene cinco rompecabezas de dragones, hay uno más en el gimnasio, y algunos accesorios que he decidido incorporar en esta serie dedicada a los dragones que protegen esta Fortaleza de la Soledad.
Este pequeño llegó lastimado, con un ala rota. Pero con paciencia y mucho cuidado logré restaurarlo y ahora protege estoicamente la torre del castillo.
Es muy interesante la especulación del origen de la relación entre el hombre y los dragones. Para mí representan una manifestación de mi mente, mi conocimiento, mi intelecto. Son el símbolo de la sabiduría adquirida con la continua acumulación de experiencias, de fracasos.
Esta imagen es el simbolismo del cuidado que tengo con mi mente. El mucho tiempo que dedico a nutrirla, protegerla, ejercitarla, sanarla. Para mantenerla lista para la batalla.
Día 13. 15 de septiembre de 2020
Un día terrible en el que perdí el servicio de internet durante ocho horas; me fue imposible trabajar, así que básicamente invertí mi asueto. Decidí ponerme al corriente con este diario fotográfico, la parte escrita. No siempre me es posible escribir el mismo día que hago la foto, aunque procuraré que así sea.
Hoy decidí continuar con la serie de dragones. Este es el último que llegó a la Fortaleza, pero creo que es el responsable de haberme dado cuenta de que este lugar se está llenado de dragones.
Él protege el comedor, entonces cada vez que alguien llega es lo primero que notan y muchas veces preguntan por su historia. Quizá es el más similar a mí, así que decidí trabajar en su retrato de forma diferente. A primera vista, su color negro metalizado resulta intimidante, pero si logras acercarte lo suficiente; quizá, sólo quizá, podrás percibir la diferente gama de colores que sus escamas son capaces de reflejar. Es casi como mirarme en un espejo.
Día 14. 16 de septiembre de 2020
Tan sólo catorce días tuvieron que pasar para volver a fracasar. Hoy he descubierto que no importa que tan extraordinario sea… jamás será suficiente… jamás seré digno de. Hoy he encontrado la respuesta: ¿Cuándo sabes que es momento de claudicar? Cuando mis actos arrebatan sonrisas, provocan lágrimas y causan dolor. Cuando hacer el sacrificio de renunciar a mi sueño; le dará impulso para que ella pueda vivir el suyo (Maniobra de Asistencia Gravitatoria).
Me vi obligado a interrumpir la serie de dragones porque hoy mis emociones no tienen control. Hoy la felicidad desbordad y la inconsolable tristeza son dos caras de la misma moneda. Quizá pronto pueda retomar los tragones, por ahora me basta con poder encontrar un motivo para no renunciar a este proyecto, porque estoy muy decepcionado de mí… Obliviate.
P.S.: I love you