La vida está llena de contrastes. Hay días en los que la tristeza domina pero aun así tenemos la oportunidad de sonreír. Hay instantes en los que llueve en una parte y el sol golpea radiante unos cuantos metros al lado. Hay semanas como esta en las que hay tristeza, felicidad, alegría y decepción. Todo separado, todo junto, aun no acabando de sentir uno cuando el otro se apodera de mí. Todos esos contrastes están reflejados en las fotografías de esta semana.

Iniciando con la fotografía 183. Ese día fue largo y difícil, pero encantador al final. Acompañé a una amiga en uno de los momentos más difíciles de su vida. Lloré con ella, sentí su dolor y compartí su pena. Aun lo hago. Después tuvimos la oportunidad de compartir uno de nuestros más grandes gustos. Cenamos y platicamos de tantas cosas que se acumulan al paso de un año calendario. La fotografía es ese documento de la promesa que he hecho y que me aseguraré de cumplir. Es la suma de esos contrastes; la tristeza que nos embarga y la esperanza de salir adelante juntos.

Tengo la frustración de la vida porque no he podido terminar el rompecabezas. Pasé toda la noche intentando terminarlo y tuve que tomar la fotografía 184 en los últimos minutos del día, sólo para documentar el avance y mi desesperación.

Todos los días camino a la oficina, paso junto a cinco casetas de teléfono y me pregunto si alguna vez son utilizadas. Es casi como existir estoicamente sin saber con exactitud si estás cumpliendo con tu razón de ser… justo como yo. Lo fotografía 185 es una especie de reflejo, de autorrepresentación de mi propio existir.

En esta misma semana decidí contrastar las fotografías anteriores con esta. Saqué mi caja de luz de bajo presupuesto y realicé algunas fotografías de producto, iniciando con la 186. Mi alcancía de panda que se roba las monedas que le pongo. Un regalo de uno de mis mejores amigos de dos Navidades atrás.

Decidí continuar con la fotografía 187, una más de producto. Esta vez utilizando tres botellitas que me han regalado a lo largo del tiempo. Un tequila y dos mezcales. La botella de 1800 fue la primera que recibí y ella fue quién me la regaló junto con un jarrito. La fotografía contrasta drásticamente con los eventos del día, pues después de más de 17 años, de hecho casi 18; me encontré con una compañera de la secundaria con quién tuve el gusto de platicar durante tres horas, aunque pudieron haber sido diez veces más.

No dormí. Toda la noche me la pasé despierto sabiendo que volvería a verla después de casi siete largos y tortuosos meses. Escribí toda la noche y terminé por salir tarde de casa, así que llegué al estacionamiento cuando ya amanecía. Tomé la cámara y capturé la fotografía 188. Aunque aún no sabía lo que acontecería en el día, desde temprano el amanecer me recordaba que siempre existe la posibilidad de un nuevo comienzo.

Tuvieron que pasar más de 48 horas para que volviera a tocar cama. Valió la pena. Jamás creí que caminaríamos juntos nuevamente. Mucho menos que sería mientras ella se sujetaba a mi brazo, a las 3 de la mañana, por las calles del Centro Histórico. Hace casi 9 meses que hice un voto de silencio en mis redes sociales, desde entonces la gran mayoría de mis publicaciones son sobre mi trabajo fotográfico y una que otra cosa que me hace sonreír. Hoy he recordado que la información es poder, así que ese voto de silencio se extenderá hacia otras áreas. Dicho lo anterior, la fotografía 189 es el resultado de estar encerrado todo el día en casa armando el rompecabezas. Vi llover y secarse, luego llover nuevamente durante el atardecer. La primera fotografía que tomé sólo era el contraste del cielo nublado con las calles doradas. Pero minutos después surgió el doble arcoíris y decidí hacer la foto panorámica. Me gusta el contraste entre los colores cálidos del atardecer y los fríos de las densas nubes que trajeron la lluvia.

Así concluye la primera semana de la segunda mitad de este proyecto. La relatividad del tiempo es tan maravillosa que hay días en los que parece que transcurre de una forma tan lenta que una hora se me hace eterna. Mientras que hay otros en los que las horas parecen minutos. Lo cierto es que cada vez estoy más cerca del final y eso me motiva a terminar de mejor forma. Sin duda alguna, los acontecimientos de esta semana tendrían un impacto en las fotografías del segundo semestre… ¿Cuál será el resultado? Aún no lo sé. Pero cada día lo iré descubriendo y eso me encanta.

 

183/365 Lo Prometo. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 5 de marzo de 2017, 23:44 hrs.

f/9
30 sec.
ISO-100
23 mm
Nikon D7100
185/365 Sin Sentido. Santa Fe, Ciudad de México, México. 7 de marzo de 2017, 16:25 hrs.

f/5.6
1/60 sec.
ISO-100
18 mm
SONY ILCE-6000
184/365 La Frustración De La Vida. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 6 de marzo de 2017, 23:54 hrs.

f/3.5
1/50 sec.
ISO-2500
18 mm
Nikon D7100
186/365 Panda Gandalla. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 8 de marzo de 2017, 22:49 hrs.

f/8
1/60 sec.
ISO-100
35 mm
Nikon D7100
187/365 Tres Tristes Tragos. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 9 de marzo de 2017, 22:08 hrs.

f/10
1/100 sec.
ISO-100
35 mm
Nikon D7100
188/365 Un Nuevo Comienzo. Santa Fe, Ciudad de México, México. 10 de marzo de 2017, 06:49 hrs.

f/5.6
1/60 sec.
ISO-100
16 mm
SONY ILCE-6000
189/365 Doble O Nada. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 11 de marzo de 2017, 18:29 hrs.

f/5.6
1/60 sec.
ISO-100
18 mm
Nikon D7100

 

Publicación Anterior: Camino a los 33 (Road to 33): Semana 26

Siguiente Publicación: Camino a los 33 (Road to 33): Semana 28