A veces sólo es cuestión de saltar sin paracaídas… de disfrutar la caricia del viento durante la caída libre… sabiendo que sin importar el impacto; este momento, este instante… es real y lo es todo. Sí… hoy me siento sumamente dichoso…
Día 316. 15 de julio de 2021
Finalmente, mis noches cortas tuvieron un impacto en mis lecturas matutinas, mi sistema nervioso simpático está fuera de control, y mis factores estresantes cada vez son más fuertes.
Cuando mi mente se encuentra tan nublada como este paisaje, a veces pienso que sería bastante asombroso vivir en la época en la que será posible borrar nuestros recuerdos o incrementar nuestra inteligencia. Definitivamente, yo sería voluntario para los experimentos en humanos.
Día 317. 16 de julio de 2021
“No, no te vayas, quédate aquí conmigo…”
Día 318. 17 de julio de 2021
Pasé más de cuarenta y tres horas sin dormir. Aunque anoche estaba exhausto, no pude quedarme dormido hasta después de la media noche. Sólo dormí cuatro horas y después de haber llorado la mayor parte del día de ayer, mi sistema nervioso simpático sigue dominante.
He logrado conectar con mi dolor de una manera que no había sido capaz y, afortunadamente, no necesité el soporte visual. Me ha bastado con imaginarlos y saber que a quien le sonríe es a alguien más. Durante el ejercicio de respiración, en los primeros quince minutos me centro en la sensación del aire entrando y saliendo de mis pulmones. Cuando faltan cinco minutos exactos, los imagino juntos y de forma inmediata viene esa sensación física, vienen las lágrimas, abrazo el dolor y el llanto se vuelve incontrolable. Son dos minutos sumamente duros, pero cuando faltan tres minutos, comienzo a abrazar la sensación física de la ansiedad y la angustia mientras inhalo y cuando exhalo libero toda esa tensión. Después de dos o tres respiraciones completas, el llanto desaparece y la calma inunda mi cuerpo… he entrado en resonancia de nuevo.
Al analizar las gráficas de mi EKG, es increíble ver el punto exacto, los quince minutos, en el que mi variabilidad de ritmo cardiaco se desploma, porque mi corazón comienza a latir de forma descontrolada, pero en el momento en que comienzo a utilizar la técnica de respiración, entro en resonancia y la gráfica vuelve a estabilizarse.
Eso no significa que deje de sentir, sólo significa que he aprendido a sentir de forma inteligente. Aún siento la tristeza, pero la ansiedad se ha ido, ya no me siento desamparado, he logrado enseñarle a mi corazón una táctica bastante valiosa y aun quedan tres semanas por entrenar.
No podía haber mejor momento para haber adquirido este conocimiento, pareciera que todas las fechas y los eventos coincidieran… “What’s happened, happend”.
Después de esas ocho horas me he quedado con una enorme cantidad de preguntas, pero no está en mi jurisdicción responderlas…
“It’s so hard to let go” … sobre todo, cuando puedo ver sus pensamientos y tengo la osadía de decirle que la conozco. Pero yo sé que no puedo leer su mente, sólo puedo escuchar su voz y leer todo su lenguaje no verbal, aun a través de una llamada telefónica.
Probablemente, lo que me consume es ver sus deseos e intenciones. Ver sus emociones… ver su amor encadenado detrás de esa pared que, tarde o temprano, lo contiene en esa prisión. Sentir como es que una parte de ella quiere liberarlas, pero otra lo mantiene prisionero. Y yo, aunque estoy ahí, por fuera de esa pared, no puedo hacer nada… no debo hacer nada. Sólo puedo llorar al ver tanto amor y tanta belleza reprimidos dentro de esa prisión que no sé si es una prisión construida de amor, de miedo, de razón, de inseguridad, de dudas, de indiferencia o de todas las anteriores.
Sólo me resulta triste ver ese amor ahí… cautivo. Es cuando viene a mí el doloroso pensamiento de que es mejor tener “algo bonito”, que algo memorable, ideal y que haga “perfecto sentido”. Lo cual refuerza mi mayor fantasma de no ser lo suficientemente digno. Sí, son recuerdos bellos. Sí, son emociones bellas… pero no lo suficiente como para pelear por ellas… Aparentemente, es mejor tenerlas cautivas en un zoológico de emociones y recuerdos, que alimentarlas y dejarlas libres.
Creo que es la mejor analogía. En un zoológico todo está controlado, puedes contemplarlos cuando quieras, puedes sonreír al hacerlo y sentirte bien. Pero jamás será lo mismo, jamás veras todo el esplendor de esa especie en libertad. El problema de la libertad es que a veces no sabes donde está, no puedes controlar a donde va o hacia donde se expande… y también hay que enfrentar el riesgo de la extinción.
Probablemente para mí es fácil decirlo, porque jamás quise aprisionar mis emociones. Siempre las dejé libres y por eso hoy es imposible encerrarlas en una jaula para que otras ocupen el lugar que, por derecho, les pertenece.
Pero cada uno de nosotros es diferente… y la dopamina nos genera adicción de forma diferente. Quizá por eso para mi ya no me basta sólo con los recuerdos. Sí, son hermosos recuerdos. Pero ya sólo son un fantasma de todo lo que realmente sentí y cuando veo todo lo que podría ser… entonces ya no es suficiente con recordar. Quisiera crear nuevos recuerdos, vivir nuevas experiencias que inunden mi cerebro de dopamina y me den la oportunidad de sonreír intensamente de nuevo.
Algo que he notado, lo cual resulta un cambio bastante significativo en mí, es que hace años me la pasaba, justamente, atrapado en el pasado. Recordando cosas, momentos y me la pasaba pensando en todo lo que pude hacer diferente para que algo sucediera o no. “Si tan sólo le hubiera dicho antes de que se fuera”, “Si tan sólo jamás hubiera acatado su solicitud”, etc.
Pero de un tiempo para acá, he dejado de mirar al pasado de esa forma. Ahora paso haciendo más simulaciones del futuro, de las cosas en las que aún puedo influir. Adquiero datos en el presente y los complemento con mis experiencias del pasado, lo cual me permite realizar simulaciones del futuro y tomar decisiones informadas.
Sí, quizá tardé demasiado en ser sumamente inteligente… Y ahora esa es mi condena… sólo poder imaginar lo que jamás sucederá… porque nunca seré lo suficientemente digno, como para atreverse. No vale la pena el riesgo…
No me mal interpreten, no hay nada que desee más que el hecho de estar equivocado. Pero no suelo tener la razón sólo porque sea terco… Suelo tener la razón porque analizo la información, sigo la evidencia y puedo hacer simulaciones acertadas del futuro. Me encantaría no tener la razón, me encantaría estar equivocado y un día observar la evidencia que descarte mis conclusiones actuales… pero lo cierto es que hace un año estábamos viviendo, a lo que en su momento llamé, un fantástico cuento de hadas nocturno.
Para mí, no hay mayor evidencia que eso. Si han pasado los años y esos deseos, intensiones y emociones siguen ahí, y son tan intensos como siempre o más que nunca… ¿entonces por qué seguir reprimiéndolos? ¿Por qué conformarse con sólo contemplar la ventana del pasado, de los recuerdos, viviendo de los fantasmas y de la fantasía de lo que pudo ser? ¿Por qué no mejor atreverse a vivirlos, a crear nuevas experiencias y nuevos recuerdos? ¿Por qué no atreverse a escribir una nueva historia llena de realidad?
Sí, para mí es fácil decirlo, yo que no tengo nada que perder. Comprendo que la situación es mucho más compleja del otro lado de esa pared que nos separa… Yo preferí dejar en libertad mi amor, decidí protegerlo, alimentarlo, nutrirlo. Con el paso de los años se transformó en esta hermosa emoción incondicional que me ha inspirado a transformarme… Entonces cuando miro al otro lado de esa pared y veo ese amor, que es de la misma especie, con las mismas cualidades y potencial; lo lamento mucho y siento una profunda tristeza.
Por las noches, a través de sus palabras, puedo escucharlo gritar “¡Libérame o mátame ya!”. Comprendo su desesperación, porque mi amor me gritó lo mismo. Tenerlo encadenado sólo le impide que esté completamente donde debe estar y le impide estar donde realmente anhela estar.
Pero, nuevamente, no es mi jurisdicción. Y, al mismo tiempo, sé que las cosas no cambiarán… Quizá llegue el día en que yo no soporte contemplar más tanta crueldad… Y sólo tendré dos opciones: trasgredir jurisdicciones y asediar esa prisión hasta demolerla o… simplemente darle la espalda y no volver jamás. Por ahora, sólo me queda visitarlo cada vez que por las noches se abra el acceso de la prisión hasta esa pared.
Esa es la razón por la que los robots del futuro serán mucho mejores tomando decisiones, porque sus emociones no serán límbicas y una vez que determinen que una opción es mejor que otra; se comprometerán con ella sin mirar atrás por encima de su hombro. No se detendrán a pensar que pudieron decidir diferente y se concentrarán en simular el futuro a partir de ese momento para tomar la siguiente decisión… Sí, creo que si soy un autómata.
Día 319. 18 de julio de 2021
“No lo voy a dejar, ahorita me necesita” … esa es toda la evidencia que yo necesito. Sí, me siento profundamente triste y la parte límbica de esa tristeza me lleva a preguntarme ¿por qué? ¿por qué cuando yo la necesité, si fue capaz de dejarme? Pero poder entrar en resonancia con dos o tres respiraciones me permite trascender mi egoísmo y simplemente aplaudir la decisión.
No fui lo suficientemente bueno en el pasado, tampoco lo soy en el presente. Nunca es fácil aceptarlo, pero puedo vivir con ello. Es aquí dónde la parte incondicional de mi amor es comprobada, porque debería irme y desaparecer, pero no lo haré… porque esperar es el mayor signo de amor y paciencia.
No estoy esperando a que ella quiera estar conmigo porque, por el Principio de Copérnico, eso tomará hasta cincuenta y nueve años, y por las ecuaciones de la física cuántica, una fluctuación cuántica que determine que estaremos juntos, tomará un trillón de trillones de años.
Cualquiera puede decir te amo, pero no todo el mundo puede esperar y demostrar que es verdad… Esa es la forma en la que espero… sólo para demostrarle que era verdad… y, quizá, con mi último aliento pueda finalmente decirle… “Tuve razón… te amé hasta el último instante de mi existencia”.
Como alguna vez dije, los idiotas hacen cosas que no les gusta hacer. Sufren toda su vida, porque creen que es necesario o creen que es su deber. Las personas inteligentes hacen lo que les gusta hacer. Disfrutan de su vida hasta cierto punto. Pero un sabio aprende a hacer lo que se necesita, con alegría. Ahí es cuando florece su genio.
He invertido gran parte de mis últimos años en, justamente, trascender a este estado en el que puedo hacer mi deber con alegría… Y hoy es necesario estar presente, sabiendo que llegará el día en que no será más necesaria mi presencia.
Hoy soy capaz de enfrentar el dolor con estoicismo y digerir la profunda tristeza que siento. Y, al mismo tiempo, puedo apostar con alegría en contra del universo… Sin importar que sólo tenga una posibilidad en un trillón de trillones de años… Porque en este universo cuántico… lo que no está prohibido por las leyes de la física; es mandatorio.
Con un poco de suerte, quizá obtendré lo que tanto he deseado… estar equivocado en mis predicciones. Cuando ese día llegue, mientras la abrace, podré susurrar “¡En tu cara universo… en tu cara!”. Y ese abrazo ya no será como si fuera el último… sino como el primero de una nueva era…
Ya alguna vez compartí estas palabras, pero quiero volver a recordarlas hoy… como símbolo de nuestro amor…
Only those who attempt the absurd will achieve the impossible. -M. C. Escher
Día 320. 19 de julio de 2021
“Sunny days lift me when I’m down” … No es Buena idea dormir sólo cuatro horas en un periodo de setenta y tres. Hoy, finalmente, dormí un poco más, aunque tuve sueños extraños y me desperté un par de veces. Los últimos días le aventé una llave de tuercas, no sólo a mi descanso, sino a mi planeación entera, a mi progreso, a mis emociones. Vaya forma de romper la aburrida monotonía de mi existencia.
El amor siempre es una buena idea. La ilusión, la esperanza… es tan bello sentirlas por un instante, pero luego viene el vacío demoledor de la realidad y saber que jamás seré suficiente. He preferido aprender a lidiar mejor con el dolor que partir. Todo mundo cuestiona “mis sacrificios”, incluso mi madre. No la culpo, ya me ha visto llorar demasiadas veces por la misma persona. Pero, al final, elijo este camino porque prefiero darle ese sentido a mi vida. Amarla incondicionalmente ha sido, y siempre será, mi mayor logro como ser humano. Y si con mi último aliento puedo darle un último impulso para ayudarla a alcanzar sus sueños, entonces será un honor y un privilegio entregar mi vida a tan noble propósito.
Día 321. 20 de julio de 2021
Hoy tuve un sueño muy extraño, una especie de sueño lúcido dentro de otro sueño… Pero no fue el sueño, sino el despertar el que me inundó con una profunda tristeza.
Pero ella es magia y yo soy magia… y cuando ambas magias se mezclan, no hay nada más maravilloso y espectacular y fascinante… Así que es fabuloso poder transformar estos momentos turbulentos en una hermosa conversación y poder navegarla… juntos. Sólo es cuestión de volver a los principios básicos.
Todo eso me recordó algo que escuché hace tiempo…
Risking our hearts it’s why we are alive. The last thing you want is to look back on your life and wonder… If only…
Día 322. 21 de julio de 2021
Felicidad… a veces se encuentra en un suspiro… y ¿qué es un suspiro? La agitación de las moléculas de aire causado por la vibración de las moléculas de nuestro cuerpo.
Hoy he sentido la felicidad gracias a la confianza de saltar desde el punto más alto sin paracaídas. En lugar de preocuparme en tratar de encontrar una forma en la que me mate menos; he decidido disfrutar de la caída libre. La sensación el viento en mi rostro, la sensación de sus manos rozando las mías, la sensación de la frescura de su piel… Sabiendo que puedo confiar en que el Ave Fénix abrirá sus alas, surcando el cielo, reavivando el amor con el calor de sus llamas…
Sí… hoy me siento dichoso y bastante afortunado.
En otras noticias, hoy terminé de leer el trigésimo tercer libro y este me ha dado una perspectiva increíble de cómo podría ser el futuro de la mente. En el camino, al compartir algunos de los puntos expuestos, algunas personas se molestaron conmigo y me han aplicado la ley del hielo.
La principal molestia es que he reducido todo lo que es humano a simples átomos y eso, de algún modo, deshumaniza y le resta sentido y propósito a nuestra existencia.
Lo que estas personas no comprenden es que la misma ciencia da paso a la posible interpretación de la evidencia desde dos perspectivas dicotómicas, el Principio de Copérnico y el Principio Antrópico.
El primero nos dice que no tenemos motivo alguno para creer que tenemos un lugar privilegiado en el universo. El segundo sugiere que la única razón por la que este universo existe, de la forma que es, es porque en ella existen seres inteligentes para preguntarse por qué el universo es como lo observamos.
Personalmente, prefiero adoptar la postura del Principio de Copérnico y en lugar de quedarme con la simple y diminuta idea de que una deidad o agente externo creo las cosas para que existiéramos los seres humanos; prefiero investigar y aprender. Reconocerme como parte de un Cosmos inmenso y ser yo el creador del sentido y propósito de mi existencia, la cual resulta efímera en la escala Cósmica, pero aún así, aquí estoy y tengo la magnífica oportunidad de observar y comprender el universo. Entender que no sólo soy parte de este universo, que estoy en este universo, sino que, aun más importante que esos dos hechos, el universo está en mí… cuando reflexiono sobre este hecho, puedo levantar mi mirada al cielo nocturno y mirar a mis ancestros, comprender que mis átomos provienen de esas estrellas… y que quizá, sólo quizá, soy parte de uno de los millones de diferentes conciencias que existen en todo el universo y con las cuales el universo llega a descubrir un poco de sí mismo.