Cuautitlán, Estado de México, México. 13 de agosto de 2018, 07:15 hrs.

f/1.7
1/120 sec.
ISO-320
4 mm
Samsung Galaxy S8+ (Smartphone)
Miguel Hidalgo, Ciudad de México, México. 13 de agosto de 2018, 19:09 hrs.

f/1.7
1/180 sec.
ISO-40
4 mm
Samsung Galaxy S8+ (Smartphone)
Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 14 de agosto de 2018, 19:51 hrs.

f/1.7
1/50 sec.
ISO-100
4 mm
Samsung Galaxy S8+ (Smartphone)
Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 17 de agosto de 2018, 19:25 hrs.

f/1.7
1/60 sec.
ISO-80
4 mm
Samsung Galaxy S8+ (Smartphone)
Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 17 de agosto de 2018, 19:42 hrs.

f/14
30 sec.
ISO-100
24 mm
Nikon D850
Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México. 18 de agosto de 2018, 22:08 hrs.

f/9
1/60 sec
ISO-3200
50 mm
Nikon D850

Toda la semana me la pasé respondiendo preguntas referentes a la fotografía del sábado anterior. Por eso me encanta hacer experimentos fotográficos. La historia detrás de la imagen es mucho más interesante de lo que podría describir en unas cuantas líneas. Pero, de algún modo, puedo decir que el espejo representa romper con todos esos aspectos de mí que no me tienen contento. Es difícil explicarlo en una sola línea, pero fue mirarme al espejo y no reconocerme. Observarme ausente, perdido y distante. Con la lápida del fracaso sobre mis hombros, solitario y solo.

Entonces, la interpretación que cada uno de los espectadores dio; es muy válida pues la hacen con la información que tienen sobre mí. Pero si realmente quieren saber lo que la imagen representa; es romper con ese reflejo mío que descubrí en el espejo y no me encantó. Renunciar a mi procrastinación y reencontrarme, en busca del hombre quien sé que soy.

Así que esta semana estuvo llena de reflexiones, altibajos, felicidad, tristeza, lágrimas y sonrisas. Estos procesos suelen ser así, pero al final uno termina siendo más fuerte. Esta semana no tomé una fotografía diaria, pero tengo la certeza que la mejor fotografía la logré el martes. De esas veces que te encuentras totalmente inspirado y la mejor de tus poesías te mira directamente al alma.

Más de un día disfruté de la lluvia. Tuve la oportunidad de caminar bajo ella mientras me dirigía al trabajo. Llegué empapado, pero lo disfruté bastante. Ese instante en que toda la gente corre y huye, mientras que yo tomo mi tiempo y me aseguro de sentir como cada gota recorre mi rostro. También hubo días en las que nublo completamente mi vista, pero me permitió capturar una fotografía diferente. Un vil documento que, de algún modo, refleja las emociones del día.

Obviamente, todo esto tiene un objetivo, el cuál no revelaré. No por ahora, al menos. Sin embargo, es importante mencionar que toda fotografía habla de algo o alguien. Y la práctica de esta semana ha tratado sobre resaltar ese tema del que habla la fotografía. He buscado simplificar mis imágenes quitando los elementos que no resalten el sujeto principal de la fotografía. He compartido mis imágenes y he recibido retroalimentación constructiva que me ha permitido seguir ejercitando ese principio de simplificación.

Mis imágenes también buscan que genere el dominio necesario sobre mis herramientas de trabajo y no de la forma contraria. De pronto no es fácil adaptarse al cambio, pero es sumamente importante tener esa apertura. Porque lo único constante en esta vida es el cambio.

Usualmente me reservo ciertos detalles de las imágenes que capturo. Al menos, por un tiempo después de ser publicadas. De algún modo, me gusta recibir los comentarios de las personas. Pero en esta ocasión, dado que he explicado la fotografía de la semana pasada; creo que queda claro lo que representa el autorretrato del día de hoy.

Creativamente he intentado capturar el resurgir del Fénix. Esa ave mítica que, de algún modo, me representa. Me he extinto tantas veces en esta vida, pero cada una de ellas he vuelto a resurgir de entre mis cenizas y esta vez no podía ser diferente. Sólo era cuestión de encender mi fuego interno, pero para poder hacerlo tenía que estar en paz conmigo pues debía estar dispuesto a quemar algo de mí. La esperanza, en muchos casos, es un combustible bastante eficiente.

He utilizado la ciencia para lograr esta imagen. No quería hacer ningún tipo de montaje. Si iba a retratar mi fuego interior; lo haría utilizando flamas de verdad. No ha sido fácil, pero dominar mis herramientas de trabajo, conocer las reacciones químicas involucradas en la combustión y la preparación suficiente; fueron todo lo necesario para tener una imagen simple, sencilla y agradable. Puedo decir que estoy satisfecho porque ahora sé que en cuanto se encienda todo mi cuerpo; abriré las alas para emprender el vuelo.

Otras tantas horas las he dedicado al estudio del Cosmos, astrofísica y mecánica cuántica. A veces se tiene la creencia que son temas sumamente complejos y, literal, fuera de este mundo. Lo cierto es que son temas fantásticos que se pueden relacionar con cosas de nuestra vida cotidiana. Descubrir que somos prisioneros del mundo cuadrimensional en el que nos encontramos inmersos. Comprender que mirar el firmamento es contemplar las maravillas del pasado. Y sorprenderme con la dilatación del tiempo cuando me encuentro cerca de esos prodigiosos hoyos negros. Pero de eso podré escribir a detalle la próxima vez…

P.S.: I miss you